Durante la madrugada del 1 de junio, múltiples temblores fueron registrados en distintas partes de México, generando preocupación y alerta entre la población.
Los movimientos telúricos, aunque de magnitudes diversas, evidenciaron la constante actividad sísmica que caracteriza al país.
El Servicio Sismológico Nacional reportó una serie de sismos, destacando entre ellos uno de magnitud 3.9, localizado a 16 kilómetros al sureste de Río Grande, Oaxaca, con una profundidad de 4 kilómetros.
Este evento se posicionó como uno de los más relevantes de la jornada, dada su intensidad y cercanía a zonas pobladas.
Otro sismo de magnitud considerable, registrado con una intensidad de 4.1, sacudió una zona cercana a Union Hidalgo, Oaxaca, a una profundidad de 68.1 kilómetros, lo que permitió mitigar el impacto en la superficie.
Además, la región noroeste del país, específicamente cerca de San Felipe, Baja California, experimentó una serie de sismos, con magnitudes fluctuantes entre 2.7 y 3.8, lo que evidencia la actividad sísmica constante en esta área.
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Temblores sacuden a México en la madrugada del 1 de junio
Aunque hasta el momento no se han reportado daños materiales ni víctimas como consecuencia de estos sismos, las autoridades instan a la población a mantenerse alerta y seguir las recomendaciones de protección civil ante eventos de esta naturaleza.
El monitoreo continuo por parte de las autoridades competentes y la rápida difusión de información se han vuelto fundamentales para garantizar la seguridad y tranquilidad de la población frente a la constante actividad sísmica que caracteriza a México.