El 19 de septiembre es una fecha que evoca temor en muchos mexicanos. En esta misma fecha, el país ha vivido tres terremotos de gran magnitud: en 1985, con un sismo de 8.1; en 2017, con uno de 7.1; y en 2022, con otro de 7.7. ¿Te dan miedo los temblores?

Aunque no existe evidencia científica que demuestre que septiembre es un mes de mayor sismicidad, la coincidencia ha generado un miedo colectivo que es válido y real.

México se encuentra en una zona de alta actividad sísmica, donde se registran aproximadamente 15 mil temblores al año, aunque la mayoría son imperceptibles.

El hecho de no poder predecir cuándo ocurrirá el próximo gran sismo alimenta esta sensación de vulnerabilidad.

Sin embargo, el miedo no debe ser un obstáculo, sino una herramienta para estar alerta y preparados. Participar en simulacros, informarse y tomar medidas preventivas son algunas formas de combatir este temor.

¿Te dan miedo los temblores?

La tremofobia: ¿Un término mal utilizado?

El término “tremofobia”, que hace referencia a un miedo extremo a los sismos, ha ganado cierta popularidad.

No obstante, especialistas de la Facultad de Psicología de la UNAM, como Hugo Sánchez Castillo y Ricardo Trujillo Correa, coinciden en que este término no es reconocido oficialmente en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Sánchez Castillo explica que lo que muchas personas experimentan tras un sismo está más relacionado con el estrés postraumático y la ansiedad, no con una fobia específica.

Por su parte, Trujillo Correa critica el uso del término “tremofobia” y lo considera una exageración:

“Estamos patologizando la vida cotidiana. A todo le queremos dar un significado diferente”. Sin embargo, ambos especialistas coinciden en que el miedo ante un sismo es una respuesta emocional natural y no debe ser motivo de vergüenza.

Reacciones psicológicas ante los sismos

Flor Gil Bernal, del departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana, detalla que las reacciones a un sismo pueden variar desde estrés momentáneo hasta trastornos más severos como el estrés postraumático.

Este último se manifiesta con síntomas como pensamientos recurrentes desagradables, reacciones fisiológicas (taquicardia, sudoración) y limitaciones en la vida diaria, que pueden durar meses o incluso más.

Controlar el miedo

Los psicólogos recomiendan que, ante el miedo a los sismos, es importante aceptar que es una emoción natural. Durante un sismo, es esencial mantenerse informado, evitar pensamientos catastróficos y buscar un lugar seguro.

Tras el evento, es recomendable conversar sobre lo que se ha vivido, evitar la sobreexposición a información, y realizar actividades que promuevan la relajación.

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El miedo ante los sismos es una respuesta normal a una amenaza real e impredecible. Si bien no podemos controlar cuándo ocurrirán, estar preparados puede ayudar a mitigar ese temor, haciendo del miedo una fuerza que nos mantenga alerta y protegidos.

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