En un reciente comunicado, Reyes Rodríguez Mondragón, magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), ha reiterado su firme decisión de no renunciar al cargo que ostenta desde 2016, designado por el Senado de la República.
En un acto de defensa de la dignidad y respeto que implica liderar el tribunal, Mondragón ha subrayado su compromiso inquebrantable con la democracia y el diálogo auténtico como medios para construir acuerdos y superar las diferencias de manera constitucional.
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Con el objetivo de retomar la sesión pública del 7 de diciembre, el magistrado ha convocado al pleno del TEPJF, destacando la importancia de la presencia de las cinco magistraturas para la resolución colegiada de las discrepancias existentes.
Enfatiza su confianza en que la unidad y la deliberación conjunta serán clave para superar los desafíos actuales.
Mondragón se ha mantenido receptivo a las manifestaciones de la sociedad civil, considerando crucial la participación ciudadana para elevar la responsabilidad institucional y cumplir con las expectativas de la ciudadanía.
El magistrado ha reiterado su obligación y compromiso con el órgano jurisdiccional en materia electoral, proponiendo continuar fomentando el intercambio y la construcción de consensos necesarios para superar cualquier discrepancia.
Finalmente, Mondragón ha instado a seguir la ruta del rigor legal y el trato directo con la sociedad para afrontar colectivamente los retos, reafirmando su deber con la institución, el país y la democracia.
La ciudadanía espera legítimamente que el tribunal esté a la altura de las circunstancias para cumplir con la encomienda asignada.
En un comunicado adicional publicado ayer, el magistrado presidente abordó las razones detrás de la solicitud de renuncia por parte de tres magistrados, señalando que se relacionaban con su política de austeridad implementada en el Tribunal Electoral.
En respuesta, los otros magistrados argumentaron que Mondragón ha mostrado debilidad en el manejo de la institución y que sus decisiones carecen de confiabilidad, al estar supeditadas a intereses externos al tribunal.
La situación se torna aún más tensa mientras se espera la sesión extraordinaria convocada por Mondragón para abordar estos desafíos internos.
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