El impacto devastador del huracán ‘Otis’, que azotó la costa de Acapulco el 24 de octubre, ha dejado una estela de destrucción y pérdida en esta emblemática ciudad costera mexicana.
Calles, viviendas, hoteles, plazas y restaurantes se vieron gravemente afectados por la furia de la tormenta, y la recuperación de esta joya turística se vislumbra como un desafío monumental.
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Los estragos de Acapulco
Según las declaraciones de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, aproximadamente el 80% de los hoteles en Acapulco han sufrido daños significativos como resultado del paso del huracán ‘Otis’, que en un solo día pasó de ser una tormenta tropical a un monstruoso huracán de categoría 5.
Estos daños suponen un duro golpe para la economía local, ya que el turismo es el corazón de la vida económica de la ciudad.
Chuck Watson, un experto en modelado de desastres de Enki Research, ha estimado que las pérdidas económicas ascienden a un asombroso rango de 10 mil millones a 15 mil millones de dólares.
Además, existe una preocupación adicional, ya que la temporada alta de turismo en la región comprende los meses de diciembre a marzo, y la reconstrucción de la infraestructura turística se presenta como un desafío colosal.
Acapulco se sustenta principalmente en el sector servicios, con el turismo como su columna vertebral.
Aproximadamente el 80% de los visitantes a la ciudad prefieren alojarse en viviendas familiares, casas y departamentos, en lugar de en hoteles convencionales.
Escasos recursos en las familias acapulqueñas
Esta característica plantea un desafío adicional, ya que muchos propietarios de departamentos pueden carecer de los recursos necesarios para reconstruir sus segundas viviendas
Asíc omo la falta de participación colectiva en la reconstrucción de los condominios podría hacer que estos edificios no sean habitables.
El impacto del huracán ‘Otis’ también se extendió a otras zonas del estado de Guerrero.
En San Marcos, ocho comunidades en la zona costera resultaron gravemente afectadas, con la pérdida de viviendas, postes de energía eléctrica y la incomunicación de varias áreas durante horas.
La pesca, que es una actividad primaria en la región, también se vio afectada, amenazando la subsistencia de las comunidades pesqueras que dependen de esta actividad.
Sector agrícola en Acapulco
En lo que respecta al sector agrícola, Guerrero es un importante productor de productos como copra, mango, ajonjolí, maíz, melón y cacao.
La ganadería, que produce carne de bovino y porcino, así como leche de bovino, es esencial en la economía de la región.
Aunque aún no se conocen las pérdidas exactas en estos sectores, es evidente que también han sido impactados.
Ante esta tragedia, las autoridades locales han solicitado la inclusión de San Marcos en una declaración de emergencia para obtener el apoyo necesario, ya que el municipio carece de la capacidad económica para hacer frente a la magnitud de los daños.
Continúa la falta de servicios
Hasta el momento, la comunicación en la región sigue siendo inestable, con apagones constantes y problemas en los servicios de telefonía e Internet.
Para abordar la crisis, el gobierno mexicano ha establecido un plan de acción en colaboración con el sector privado.
Los empresarios se han comprometido a no encarecer ni especular con los productos y materiales necesarios para la reconstrucción, y se han enfocado en garantizar el abasto y distribución de estos recursos.
Priorizar restauración de hospitales
La prioridad es la restauración de hospitales, viviendas, escuelas, drenaje, pavimentación, alumbrado público, hoteles y restaurantes, con el objetivo de garantizar la recuperación de la zona afectada en el menor tiempo posible.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado su compromiso de “poner de pie” a Acapulco lo más rápido posible y ha anunciado medidas para agilizar los trámites de las aseguradoras de las empresas turísticas.
El gobierno ha garantizado financiamiento y ha activado fondos de más de 600 millones de dólares para abordar los daños causados por el huracán.
Acapulco, con el apoyo del gobierno y del sector privado, se enfrenta a un desafío formidable en su proceso de recuperación tras el paso de ‘Otis’, un desafío que afecta a la ganadería, el turismo, la pesca y la agricultura, pero que también resalta la resiliencia y la determinación de esta comunidad por reconstruir y volver a florecer.