Frida, la perrita rescatista de la Secretaría de Marina (SEMAR), es recordada como un símbolo de esperanza y unión en México. A lo largo de sus nueve años de servicio, Frida localizó a más de 50 personas en diversas misiones de rescate, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva del país.
Desde sus primeros años, la labradora de color miel mostró una gran capacidad de aprendizaje, destacándose por su valentía y habilidades excepcionales.
Nacida el 12 de abril de 2009 en la Unidad Canina de la SEMAR, Frida comenzó a demostrar su temperamento y disposición desde muy joven.
Gracias a su entrenamiento especializado, que completó en solo ocho meses, Frida se convirtió en un perro experto en la búsqueda y rescate de personas atrapadas en estructuras colapsadas.
Hazañas Internacionales de Frida
Frida participó en misiones dentro y fuera de México, como en el devastador terremoto de Haití en 2010, donde localizó a 24 personas entre los escombros, 12 de ellas con vida.
En la explosión de la Torre de PEMEX en 2013, Frida ayudó a encontrar ocho cuerpos bajo los restos del edificio. También fue enviada a Ecuador en 2017, donde localizó a 20 personas fallecidas tras un deslave.
Sin embargo, el evento que selló su lugar en el corazón de los mexicanos fue el terremoto del 19 de septiembre de 2017, cuando Frida se unió a las brigadas de rescate en la Ciudad de México.
En medio de la tragedia, Frida se convirtió en un símbolo de esperanza, recordándonos la importancia de la solidaridad.
Incluso en Japón, donde la llamaron “Marina Chan”, su historia trascendió fronteras, y en un gesto conmovedor, colocaron un chaleco de la Marina Mexicana a la estatua de Hachiko como muestra de apoyo a México.
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El retiro y su legado
Frida se retiró el 24 de junio de 2019, en el marco del Día Internacional del Rescatista, entregando su característico equipo táctico en una ceremonia emotiva. Tras su retiro, Frida pasó sus últimos años bajo el cuidado de la SEMAR, debido a su condición geriátrica.
El 15 de noviembre de 2022, la SEMAR anunció su fallecimiento a los 13 años. Sus cenizas fueron depositadas en un monumento en su honor en las instalaciones de la Marina en Coyoacán, Ciudad de México.
Además, en el Parque Ecológico de Puebla se encuentra una estatua de bronce que representa a Frida junto a su manejador, Israel Arauz, como testimonio de su invaluable labor.
Frida no solo fue una perrita rescatista, sino un símbolo de esperanza y solidaridad que dejó una marca profunda en todos los que conocieron su historia. Su legado vive no solo en monumentos, sino en el corazón de millones de mexicanos que siempre la recordarán como una heroína.
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