Expertos y educadores se encuentran preocupados ante la posible salida de México de la prueba PISA, una decisión que podría tener consecuencias devastadoras para el sistema educativo nacional.
Aunque el gobierno federal no ha emitido una declaración oficial al respecto, las señales de suspensión de los preparativos para la próxima ronda de PISA en 2025 plantean un sombrío panorama.
Andreas Schleicher, director de Educación y Habilidades de la OCDE, dejó en claro en una carta dirigida a Silvia Valle Tépatl, presidenta de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), que la participación de México en PISA 2025 está en peligro inminente. La falta de avance en los preparativos para la prueba de campo esgrimida como justificación.
Desconcertantes cartas entre OCDE y Autoridades Educativas desatan polémica.
Los resultados del último ciclo de PISA en 2022 ya revelaron una posición preocupante para México, ubicándose en el lugar 51 de 81 países evaluados. La caída en puntajes, especialmente en matemáticas, es alarmante y sugiere una crisis educativa inminente.
El desdén del gobierno mexicano hacia los resultados de PISA es palpable, con el presidente Andrés Manuel López Obrador desestimando públicamente la importancia de estas pruebas internacionales.
Sin embargo, expertos como Marco Antonio Fernández Martínez del Tecnológico de Monterrey y Fernanda García del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) advierten sobre las consecuencias de esta postura.
La falta de participación en PISA no solo deja a México en una posición de aislamiento educativo, sino que también obstaculiza la capacidad de evaluar y mejorar el sistema educativo a nivel nacional.
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La pérdida de una herramienta de comparación internacional podría tener repercusiones negativas en la atracción de inversiones y el desarrollo económico del país.
Es urgente que las autoridades educativas reconsideren esta decisión y retomen el compromiso con la calidad y la mejora continua en la educación mexicana.
La salida de México de PISA es un paso en la dirección equivocada, uno que podría tener consecuencias devastadoras para las generaciones futuras.
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