Mario Marín no verá la calle pronto: seguirá preso en el penal del Altiplano porque enfrenta un proceso abierto por tortura y violaciones graves a derechos humanos contra la periodista Lydia Cacho.
Mario Marín Torres, exgobernador de Puebla y conocido como “el Gober Precioso”, seguirá preso en el penal federal del Altiplano.
Un juez federal rechazó levantarle la prisión preventiva por el caso de tortura contra la periodista Lydia Cacho, ocurrido en 2005.
Pese a los alegatos de su defensa sobre falta de riesgo de fuga, la autoridad judicial consideró que el proceso aún no concluye y que hay elementos suficientes para mantenerlo tras las rejas.
El caso ha escalado hasta convertirse en un referente de lucha contra la impunidad en México.
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A casi 20 años de los hechos, el exmandatario sigue siendo símbolo de un sistema que persiguió a quien se atrevió a denunciar redes de trata protegidas por el poder político y económico.
Intentó zafarse, pero el juez no tragó: seguirá encerrado en el Altiplano
Mario Marín acudió este viernes a una audiencia clave donde su defensa intentó convencer al juez de que ya no había motivo para mantenerlo encerrado.
Argumentaron que el exgobernador ha cooperado con el proceso y que no representa peligro de fuga ni podría interferir en las investigaciones.
El juez federal fue tajante: no hay libertad para Marín, estará preso por un tiempo
El proceso judicial sigue abierto, la apelación de la víctima sigue en curso y aún existen recursos legales pendientes que podrían cambiar el rumbo del caso.
En otras palabras, el juez decidió no soltar a quien durante años representó el uso del poder para callar voces incómodas.
Tortura y trata de blancas desde el poder: el origen del caso
Todo se remonta al año 2005, cuando la periodista Lydia Cacho publicó Los demonios del Edén, un libro donde destapó una red de explotación sexual infantil con conexiones en el mundo empresarial y político.
Uno de los señalados era el empresario Kamel Nacif, conocido como “el Rey de la Mezclilla”, amigo cercano de Marín.
Poco después de la publicación, Cacho fue detenida en Cancún y trasladada de forma irregular a Puebla, en un trayecto donde sufrió tratos degradantes.
Las grabaciones filtradas de llamadas entre Marín y Nacif mostraron cómo orquestaron la detención como una represalia personal.
La frase “ya le puse un coscorrón a esta vieja cabrona”.
Detención tardía y presión internacional
A pesar de la evidencia, Marín logró eludir la justicia por más de 15 años.
Fue hasta 2021 que fue detenido en Acapulco, Guerrero, por elementos de la Fiscalía General de la República (FGR).
Desde entonces, permanece recluido en el Centro Federal de Readaptación Social No. 1, mejor conocido como el Altiplano, una prisión de máxima seguridad donde también han estado narcotraficantes como Joaquín “El Chapo” Guzmán.