En una conferencia de prensa llevada a cabo en Palacio Nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, admitió públicamente que Ardelio Vargas Fosado, recientemente nombrado subsecretario de Desarrollo Político de Gobernación en Puebla, ha mantenido vínculos con el ex secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna.
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El mandatario informó que Vargas Fosado había ocupado el cargo de comisionado de la Policía Federal Preventiva durante los operativos que tuvieron lugar en Atenco, donde se reprimió a los pobladores, así como durante la represión de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca.
López Obrador destacó la importancia de estos antecedentes y manifestó que, si bien no se sabe si Vargas Fosado es culpable o no, es crucial tener en cuenta sus vínculos con García Luna.
El presidente enfatizó que su gobierno no desea contar con la participación de personas relacionadas con ese periodo de la historia, ya que considera que en aquel entonces el país padeció un narcoestado que causó un gran daño a la nación.
La revelación del presidente generó un amplio debate en torno a la idoneidad de la designación de Vargas Fosado en su nuevo cargo, y se espera que se realicen investigaciones más exhaustivas para determinar si existe alguna responsabilidad o vínculo adicional entre el funcionario y actividades ilícitas.
El nombramiento de Vargas Fosado como subsecretario de Desarrollo Político de Gobernación en Puebla ha generado controversia y críticas por parte de la oposición, así como de algunos sectores de la sociedad que consideran que su pasado y conexiones con García Luna podrían afectar su desempeño y la confianza en el gobierno.