El pasado domingo 15 de septiembre, el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León abrió un foro internacional de banqueros en la Ciudad de México.
Durante su intervención, Zedillo advirtió sobre los efectos negativos de la reciente Reforma al Poder Judicial de la Federación, afirmando que esta llevará a México a una dictadura.
Según el priista, la reforma es una estrategia del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), para destruir la independencia judicial y consolidar un poder autoritario.
La respuesta de AMLO no se hizo esperar.
En lugar de ofrecer una conferencia matutina el lunes debido a los festejos por el 214 aniversario del inicio de la Independencia de México, el presidente López Obrador se refirió a las declaraciones de Zedillo en una entrevista este martes.
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AMLO descalificó las palabras del exmandatario, calificándolas de “risa” y asegurando que solo constituyen un “ridículo”.
López Obrador también criticó el gobierno de Zedillo por sus propias políticas, mencionando acciones como la eliminación de pensiones, la represión, la privatización de los trenes de pasajeros, y la concentración de los mismos en manos privadas.
A pesar de las críticas hacia Zedillo, AMLO reiteró su apoyo a la libertad de expresión, destacando que México sigue siendo una “auténtica democracia” y no una dictadura.
Agradeció a sus opositores por mantenerse dentro de los límites de la legalidad, evitando acciones que pudieran afectar la estabilidad económica del país, como una huelga de pago de impuestos.
Así, mientras Zedillo advierte sobre una posible dictadura, AMLO prefiere minimizar las críticas y subrayar la solidez democrática del gobierno actual.