La noticia del fallecimiento de Guga y Yoyo jirafas macho conmocionaron a la comunidad tanto de Ecatepec, como de Tlaxcala y demás estados de la Republica
Guga pesar de tener una esperanza de vida de hasta 35 años en cautiverio, el ejemplar perdió la vida el pasado 25 de diciembre debido a un padecimiento hepático, según informó el gobierno municipal de Ecatepec.
Guga, cuyo nombre significa “primavera” en somalí, estaba a punto de cumplir su sexto aniversario el 21 de marzo de 2024.
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A pesar de los esfuerzos de médicos veterinarios especialistas y certificados, el padecimiento hepático resultó ser irreversible, dejando consternados a quienes cuidaban de él en el Parque Ecológico Ehécatl.
Contrario a las especulaciones en redes sociales, el gobierno municipal de Ecatepec desmintió rotundamente que la muerte de Guga se debiera a la falta de alimento o atención médica.
Aseguraron que se realizaron todos los esfuerzos necesarios para proporcionar atención médica adecuada al ejemplar.
Este incidente llamó la atención de la sociedad, especialmente después del reciente caso de Benito, una jirafa que ha sido víctima de maltrato en Chihuahua.
En un comunicado oficial, el gobierno municipal expresó sus condolencias por la pérdida de Guga y reafirmó su compromiso con el bienestar animal.
El Parque Ecológico Ehécatl, hogar de alrededor de 400 animales de diversas especies, es uno de los principales atractivos turísticos de Ecatepec.
Este luctuoso suceso se suma al fallecimiento de “Yoyo”, la jirafa del Zoológico del Altiplano, en Tlaxcala, el pasado 4 de diciembre.
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“Yoyo”, una de las jirafas en cautiverio más longevas del país, murió a causa de un infarto fulminante atribuido a su avanzada edad. Su partida ha dejado un vacío en la institución y la comunidad que la apreciaba desde hace 25 años.
El gobierno del estado de Tlaxcala, liderado por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, lamentó la muerte de “Yoyo” y destacó su importancia en la historia del Zoológico del Altiplano.
Su recuerdo perdurará como un ícono de la belleza y la vida animal del zoológico.
Ambos casos, el de Guga en Ecatepec y el de “Yoyo” en Tlaxcala, generan reflexiones sobre la necesidad de mejorar las condiciones de vida de los animales en cautiverio y reforzar los esfuerzos para preservar la salud y bienestar de estas majestuosas criaturas.