En un caso que ha atraído atención, un paciente se negó a recibir una transfusión sanguínea debido a creencias religiosas ha perdido su batalla legal por exigir una cirugía de columna sin este procedimiento vital y un Juez negó amparo para que se realizara el procedimiento.
A pesar de los riesgos significativos para su salud, el paciente insistió en que la operación se realizara sin la transfusión, lo que llevó a un conflicto legal con el hospital y el personal médico.
El problema comenzó cuando el paciente, basado en sus convicciones religiosas, demandó al hospital después de que se le informara que la cirugía de columna no podía llevarse a cabo sin la autorización para una transfusión sanguínea.
El hospital y los médicos se opusieron a realizar la operación sin la posibilidad de realizar una transfusión en caso de complicaciones, citando la complejidad de la cirugía y el alto riesgo de hemorragia.
En respuesta a la negativa del hospital, el paciente promovió un amparo, argumentando que su derecho a la libertad religiosa estaba siendo violado.
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El Juez de Distrito, Rafael Bautista, se encargó de evaluar los derechos en conflicto en este caso: el derecho a la salud y a la vida del paciente frente al derecho a la libertad religiosa, así como los derechos del personal médico involucrado.
Para resolver el conflicto, el Juez ordenó un peritaje ante la Comisión de Arbitraje de Medicina.
Este peritaje confirmó que, dada la complejidad de la cirugía y el riesgo de sangrado severo, la autorización para una transfusión sanguínea era necesaria para realizar el procedimiento de manera segura.
La Comisión concluyó que la transfusión no solo era importante, sino esencial para minimizar el riesgo de complicaciones graves durante la cirugía.
A pesar de las pruebas presentadas y el peritaje realizado, el Juez Bautista decidió negar el amparo.
La sentencia concluyó que el derecho a la libertad religiosa no puede prevalecer sobre el derecho a la salud y la vida.
La decisión subrayó que la libertad religiosa tiene límites cuando pone en peligro la salud y la vida del paciente.
Además, se destacó que el hospital no había negado el servicio de salud, sino que simplemente requería cumplir con las disposiciones legales y éticas establecidas en la Ley General de Salud, que obliga a los profesionales médicos a brindar una atención adecuada y segura.
Juez negó amparo por está razón
La sentencia reafirma que la libertad religiosa no puede obligar a los hospitales a actuar en contra de las normas que garantizan la seguridad del paciente.
La decisión del juez refleja un equilibrio entre respetar las creencias religiosas del paciente y garantizar que las prácticas médicas cumplan con los estándares necesarios para proteger la vida y la salud.
Este caso pone de relieve la complejidad de manejar conflictos entre creencias personales y la necesidad de atención médica, especialmente en situaciones de alta complejidad y riesgo.
La sentencia servirá como un precedente importante en la evaluación de casos similares en el futuro.