Una joven de 19 años de edad, identificada como Adriana B. B., fue arrestada y multada con 50 mil pesos por negarse a contraer matrimonio con uno de sus vecinos en la comunidad de Santo Tomás, Atlapexco, Hidalgo.
La historia ha generado controversia y llamados a cambiar las prácticas basadas en usos y costumbres que perpetúan los matrimonios forzados en algunas comunidades indígenas.
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Adriana B. B. había aceptado previamente el compromiso de matrimonio, pero posteriormente decidió retractarse, lo que causó malestar entre su prometido y sus familiares.
Ante esta situación, los familiares del prometido se quejaron en la delegación de la comunidad, que, amparada en los usos y costumbres locales, decidió tomar medidas drásticas.
Atlapexco regida aún por costumbres
La delegación resolvió que Adriana debía pasar tres días en la barandilla y pagar una multa de 50 mil pesos en efectivo como reparación del daño causado por deshacer el compromiso de matrimonio.
Esto provocó la intervención de familiares de la joven, quienes buscaron ayuda de las autoridades municipales.
Las autoridades municipales, tras establecer un diálogo con los representantes de la comunidad, notificaron que estaban incurriendo en múltiples delitos al forzar a la joven a casarse en contra de su voluntad.
Como resultado, Adriana B. B. fue liberada el lunes 21 de agosto.
La representante de la colectiva feminista Tetik Siuatl, Guadalupe Azuara, condenó enérgicamente el incidente y señaló que “no se puede forzar a una mujer o niña a casarse, porque es un delito”.
Azuara destacó la necesidad de reconocer y abordar los problemas de violencia y abuso sexual en la región, así como la importancia de cambiar las prácticas arraigadas en usos y costumbres que perpetúan estas situaciones.
Falta de atención en Atlapexco
La activista también criticó la falta de acción de las autoridades en la región de la Huasteca, donde las mujeres enfrentan no solo violencia, sino también carencias y pobreza crónica.
Azuara argumentó que el clasismo y la discriminación han contribuido a la persistencia de estas problemáticas y que es responsabilidad del Estado abordarlas de manera efectiva.
Este incidente en Santo Tomás, Atlapexco, Hidalgo, pone de relieve la necesidad de reformar las prácticas basadas en usos y costumbres que perpetúan los matrimonios forzados en algunas comunidades indígenas del país, así como la importancia de fortalecer los derechos y la protección de las mujeres en estas comunidades.