Iberdrola cierra la venta de 12 plantas centrales de ciclo combinado y un parque eólico al gobierno de México por un total aproximado de 6 mil 200 millones de dólares.
La operación, autorizada por la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) de México, se llevó a cabo a través del Mexico Infrastructure Partners FF, un fideicomiso creado por la administración actual para pagar la operación.
La transacción surge como resultado de un acuerdo alcanzado entre Iberdrola México y México Infrastructure Partners FF en abril de 2023, marcando un hito en la relación entre empresas extranjeras y el gobierno mexicano en el sector energético.
Esta operación, que ha generado preocupación entre las empresas internacionales debido a las intervenciones estatistas del presidente Andrés Manuel López Obrador en la economía, ha sido aprobada por el regulador antimonopolio del país, con la condición de que los activos energéticos se operen de forma independiente.
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La venta de estas plantas de generación eléctrica dará a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa estatal, una participación en el mercado eléctrico nacional superior al 55 por ciento.
Sin embargo, la Cofece ha establecido condiciones para la operación, incluyendo limitar la participación del gobierno al 51 por ciento y requerir que un administrador independiente esté a cargo de las operaciones.
Si bien el presidente López Obrador ha destacado que esta transacción sería un 30 por ciento más barata que construir nueva capacidad de generación eléctrica, algunos analistas han expresado preocupaciones sobre el estado envejecido de las plantas vendidas y han abogado por invertir los fondos en proyectos renovables para cumplir con los compromisos climáticos de México.
La Secretaría de Hacienda de México ha asegurado que la transacción no aumentará la deuda pública presupuestal más allá del costo de adquisición del 51% de las plantas, y ha afirmado que el gobierno se convertirá en líder en el sector de generación eléctrica del país sin afectar la competencia.