En un informe recién publicado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), los resultados de la medición de pobreza en México han sido revelados, mostrando una compleja dualidad en la situación económica del país.

Entre las buenas noticias, se resalta que 5.1 millones de personas han dejado atrás la pobreza en comparación con el año 2018. El porcentaje de población en situación de pobreza disminuyó del 41.9% al 36.3% en 2022, lo cual se atribuye en gran medida al incremento en los niveles de empleo y a los aumentos en los ingresos reales.

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¿La pobreza sigue en aumento?

En este contexto, se reconoce la contribución clave de la política salarial de la administración actual.

Un dato alentador es la reducción del porcentaje de personas con ingresos inferiores a la Línea de Pobreza por Ingresos, que disminuyó de 49.9% a 43.5%.

Sin embargo, esto equivale a un total de 56.1 millones de personas que aún se encuentran en esta situación.

La Línea de Pobreza por Ingresos se situó en 4,158.35 pesos mensuales para zonas urbanas y 2,970.76 pesos mensuales para zonas rurales durante 2022.

A pesar de estos avances, el informe de Coneval también revela un lado preocupante de la realidad.

Carencias sociales, un símbolo de pobreza

Las carencias sociales se han intensificado en el período analizado.

La población en situación de vulnerabilidad pasó del 26.4% en 2018 al 29.4% en 2022, lo que equivale a un aumento de 5.2 millones de personas afectadas.

Esto sugiere que, si bien algunos indicadores han mejorado, otros aspectos de la calidad de vida se han visto afectados.

Un aspecto particularmente destacado en el informe es la situación de acceso a servicios de salud.

El número de personas sin acceso a estos servicios ha aumentado significativamente, pasando de 30 millones en 2018 a 50.4 millones en 2022.

Este incremento del 16.2% al 39.1% representa el cambio más notorio entre todos los indicadores evaluados por Coneval.

En este sentido, destaca la cancelación del Seguro Popular y el cese del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) como factores contribuyentes a esta preocupante tendencia.

La eliminación de estas instituciones ha resultado en la pérdida de una cobertura médica fundamental para las familias mexicanas, lo que ahora las obliga a destinar una parte sustancial de sus ingresos para costear la atención médica que antes tenían asegurada.

Si bien los resultados de la medición de pobreza en México muestran avances notables en términos de reducción de la pobreza y mejora de los ingresos, también ponen de manifiesto desafíos persistentes en áreas cruciales como el acceso a la atención médica.

La atención a estos desafíos podría determinar la dirección futura de la economía y el bienestar de la población mexicana.

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