De las 37.8 millones de madres trabajadoras al cierre de 2022, 46.1% forma parte del mercado laboral, es decir que trabaja o está buscando activamente un empleo, una tasa de participación histórica y que es superior al 38.5% que había en 2005, revelan cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi. 

Sin embargo, esta mayor inserción laboral de las madres no ha venido acompañada de una mejor calidad del empleo para quienes trabajan. 

El Inegi contabiliza a un total de 17 millones de mujeres que son madres trabajadoras, que representan al 72.1% de las mujeres ocupadas en el país. 

A su interior, sólo 36.8% tiene acceso a instituciones de salud, proporción que apenas ha aumentado 2.6 puntos porcentuales respecto del nivel de hace 17 años. 

Esto significa que seis de cada 10 madres trabajadoras están en condiciones de informalidad, proporción que no ha cambiado estructuralmente en los últimos años. 

¿A qué se enfrentan las madres trabajadoras?

Ana Gutiérrez, coordinadora de Mercado Laboral y Comercio Exterior del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), explicó que los avances en inserción laboral para las madres se dan a la par que en las mujeres en general. 

Explicó que un problema distinto se ve en mujeres que están trabajando y luego deciden ser mamás, pues la condición de maternidad sí se relaciona con su salida del mercado laboral.

Las ocupadas que se convierten en madres en varias ocasiones tienen que poner en pausa su laboral. Se ve mucho entre las de edad entre 20 y 24 años, que su principal motivo de desocupación es la renuncia”, comentó Gutiérrez. 

También tener hijos resulta en un desincentivo para crecer profesionalmente, en parte por la carga de trabajo domésticos y trabajo infantil, que es una barrera y que culturalmente recae sobre ellas. Encontramos que 51% de las mujeres con hijos tuvieron que poner en pausa su carrera por razones personales, en cambio en los hombres con hijos, 20% argumentó lo mismo. Entonces hay una brecha que enfrentar”, explicó la especialista. 

Las madres mexicanas y la informalidad 

Gutiérrez añadió que el bajo acceso a instituciones de salud obedece a la necesidad de flexibilidad para las mamás ocupadas. “Cuando tienes hijos tienden a buscar empleos, decidir más de su tiempo, tener jornadas no tan largas y cubrir tareas domésticas, que son más frecuentes en la informalidad. 

Añadió que no tener acceso a instituciones de salud es un doble perjuicio para las mamás: es no tener acceso a servicios de salud y también es no tener acceso a guarderías, cuidado de salud frecuente diferencias porcentajes sin duda están ligados a la vulnerabilidad laboral que afecta a mujeres con hijos. 

¿Hay soluciones? 

La experta del Imco expresó que, para avanzar en inserción laboral de mamás, se necesita un sistema de cuidados que ofrezca no sólo guarderías, sino alternativas y servicios integrales para una mayor inserción laboral. 

También agregó que se requiere esquemas de licencias de paternidad que no sean transferibles, para que dentro de la cultura laboral esté la corresponsabilidad de los papás cuando tienen hijos. 

Las diferencias salariales

No trabajar cuando se es mamá es un lujo. Las madres, además de enfrentar una doble jornada, por el trabajo que realizan en el hogar, también obtienen bajos ingresos. 

Los datos del Inegi indican que 78.70% de las mamás que trabajan, cantidad que representa a 13 millones 426 mil 506, obtienen compensaciones de hasta tres salarios mínimos

Luz Elena Martínez es una de ellas. Pese a contar con estudios universitarios y laborar en una empresa formal recibe un minisalario y carece de prestaciones básicas como acceso a servicios de salud. 

Es poco lo que me pagan, pero el trabajo me queda cerca de casa y aunque no me dan prestaciones sí me dan permiso de ausentarme cuando tengo alguna emergencia con mis hijos”. 

Las estadísticas indican que 7 millones 49 mil 820 mamás trabajadoras tienen ingresos de hasta un salario mínimo, 5 millones 92 mil 524 de más de uno y hasta dos salarios mínimos, en tanto que 1 millón 284 mil 162 obtienen más de dos y hasta tres salarios mínimos por su participar en alguna actividad productiva. 

Pero el nivel adquisitivo de las mamás con empleo empeora si se considera que 1 millón 35 mil 776 no recibe ingresos por sus actividades económicas. 

Esto significa que sus labores son de supervivencia. Siembran y cosechan lo que comen ellas y sus hijos; atienden un negocio, lavan ropa ajena o desempeñan actividades de limpieza para recibir a cambio alimentos”, explicó Elizabeth Ponce, trabajadora social.

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Morta Mora

Morta Mora

Estudió filosofía y letras , amante de las novelas y los libros de ciencia ficción. Desde la Universidad ha participado en la redacción de diversos artículos de índole académica. A través de esa...