En un reportaje publicado por Latinus, se revela una red de corrupción que salpica a altos mandos militares en el proyecto del Tren Maya, una de las obras emblemáticas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Según la investigación realizada por los periodistas Isabella González y José Manuel Martínez, el empresario tabasqueño Amílcar Olán.
Así como Osterlen y Pedro Salazar Beltrán, primos de los hijos del presidente, habrían sobornado a miembros clave del Ejército encargados de los tramos 5, 6 y 7 del proyecto ferroviario.
Corrupción del Tren Maya: Mandos militares implicados en sobornos
El general Gustavo Ricardo Vallejo, responsable del proyecto del Tren Maya, está entre los presuntos implicados, siendo identificado como un hombre de confianza de Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
En los audios obtenidos por Latinus, se escucha a Olán presumir de su cercanía con Vallejo y cómo negocia con otros mandos militares para asegurar contratos millonarios para la venta de balasto.
Un material fundamental para la construcción de las vías del tren.
El reportaje detalla cómo Olán y los Salazar Beltrán mantienen contactos directos con la cúpula militar encabezada por Vallejo, así como con otros oficiales responsables de la adjudicación de contratos en el proyecto.
Se menciona específicamente al mayor Juan Edmundo Mayorga Castro y al teniente coronel José Luis Martínez Beltrán.
A quienes se refieren en los audios como piezas clave en la negociación de precios y beneficios para los sobornadores.
Además, se revela la presunta complicidad de un capitán identificado como Wady Carreño Marcelino, quien habría facilitado maquinaria para acelerar la descarga del balasto en el tramo 6 del Tren Maya.
La corrupción alcanzaría incluso a una ingeniera supuestamente contratada por la Sedena, quien habría colaborado para que la cantidad de balasto reportada fuera menor a la entregada, lo que implicaría un lucro indebido para los involucrados.
Las conversaciones grabadas muestran cómo se acuerdan sobornos a diversos niveles, desde altos mandos militares hasta personal técnico, evidenciando una red de corrupción extendida en el seno del proyecto del Tren Maya.
Ante estas revelaciones, se espera una respuesta por parte de las autoridades competentes y un seguimiento riguroso para esclarecer los hechos y castigar a los responsables, en aras de preservar la transparencia y la legalidad en las grandes obras públicas del país.