El asesinato de Gael y Alexander Sarmiento Ruiz desata una masiva protesta en Culiacán, familias exigen justicia y cuestionan la gestión del gobernador Rubén Rocha Moya.
La violencia en Sinaloa ha alcanzado un punto crítico tras el asesinato de Antonio Sarmiento Ruiz y sus hijos Gael y Alexander, este crimen, ocurrido en Culiacán, detonó una protesta marcada por el dolor y la indignación.
Familias enteras salieron a las calles para exigir justicia, paz y la renuncia del gobernador Rubén Rocha Moya, cuya gestión ha sido cuestionada por la inseguridad creciente en la región.
En una protesta multitudinaria, la sociedad sinaloense expresó su hartazgo y lanzó un claro mensaje: “Con los niños no”.
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La protesta del 23 de enero, liderada por niños vestidos de blanco, mostró un inusual protagonismo infantil, portando carteles con fotos de las víctimas y mensajes como “Con los niños no”.
“Ya no podemos salir, nos da miedo”, dijo un niño entre lágrimas, reflejando el temor que paraliza a Culiacán.
La marcha fue convocada por Víctor Manuel Aispuro, director de la escuela donde estudiaban las víctimas, y atrajo a familias que han sufrido los estragos de la violencia.
La indignación llega al Palacio de Gobierno
Lo que comenzó como una protesta pacífica terminó en actos violentos frente al Palacio de Gobierno de Sinaloa.
Manifestantes destruyeron mobiliario y paredes en un intento de irrumpir en el despacho del gobernador Rubén Rocha Moya, quien se negó a recibirlos.
Feliciano Castro Meléndrez, secretario de Gobierno, aseguró que la administración está investigando el caso.
Sin embargo, el silencio del gobernador y su reciente declaración de que “en Sinaloa vivimos perfectamente bien” alimentaron aún más la indignación.
El respaldo al gobernador bajo escrutinio
Pese a la presión social, Rocha Moya cuenta con el respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum y de Morena.
Sin embargo, las cifras del Inegi muestran que el 90.6% de los habitantes de Culiacán considera su ciudad insegura, cuestionando el discurso oficial.
El asesinato de Gael y Alexander es el símbolo de una crisis profunda que los sinaloenses no están dispuestos a callar.