El presidente Andrés Manuel López Obrador ha gastado hasta el 84% de los recursos de fideicomisos destinados a la estabilidad financiera del país, dejando a su sucesora, Claudia Sheinbaum, ¡84% menos en recursos! menos en los principales fondos.
Los datos oficiales indican que los fideicomisos que López Obrador hereda a Sheinbaum están considerablemente reducidos en comparación con los montos que él recibió en 2018 del gobierno de Enrique Peña Nieto.
El Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), diseñado para evitar impactos negativos en el presupuesto público, tenía 316 mil millones de pesos en 2018.
Para 2024, el saldo se ha reducido a solo 49 mil millones de pesos, una disminución del 84%, según cálculos de México Evalúa.
Este fondo es crucial para mantener servicios públicos y evitar el endeudamiento durante crisis financieras.
Durante los primeros dos años de su administración, López Obrador gastó 302 mil millones de pesos del FEIP, dejándolo en un nivel históricamente bajo y sin una rendición de cuentas adecuada.
Para 2024, el saldo del FEIP es comparable al de 2013, cuando el gobierno de Peña Nieto lo había incrementado a 316 mil 800 millones de pesos.
Además del FEIP, los 10 principales fideicomisos han visto una reducción del 45% en sus recursos.
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En 2010, estos fondos sumaban 389 mil millones de pesos, pero bajo las administraciones de Felipe Calderón y Peña Nieto, se capitalizaron hasta alcanzar 822 mil millones de pesos en 2018. A 2024, estos fondos han disminuido a 447 mil millones de pesos.
Entre los fideicomisos afectados se encuentran el Fondo de Salud para el Bienestar, que hasta 2024 cuenta con 34 mil millones de pesos frente a los 114 mil millones recibidos inicialmente, y el Fideicomiso Público de Administración y Pago de Equipo Militar con solo 37 mil millones de pesos.
Otros fondos afectados incluyen el Fondo Nacional de Infraestructura, el Plan de Pensiones de los Jubilados de Banobras, y el Fondo de Retiro de los Trabajadores de la SEP, entre otros.
El gobierno de López Obrador ha sido criticado por la falta de transparencia y mecanismos de control en el manejo de estos recursos, dejando a la administración entrante un panorama financiero más ajustado y menos preparado para enfrentar posibles contingencias.