El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha acorralado a Ismael “El Mayo” Zambada, capo de capos del Cártel de Sinaloa, a través de una serie de graves acusaciones, incluyendo la más reciente relacionada con el tráfico de fentanilo, una droga letal que ha causado la muerte de cientos de estadounidenses.

Las acusaciones no son solo por narcotráfico, sino que lo implican en la muerte directa de ciudadanos estadounidenses, lo que podría llevarlo a enfrentar la pena de muerte.

El expediente criminal número 09-cr-466 (BMC) (S-5), presentado ante el juez Brian Cogan en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, podría sellar el destino de Zambada.

A pesar de que la pena capital fue abolida en Nueva York en 2004, el gobierno federal puede solicitarla en casos de asesinato múltiple, lo que pone al “Mayo” en una posición crítica.

Anne Milgram, jefa de la Administración Federal Antidrogas (DEA), subrayó en una carta al juez Cogan que el Cártel de Sinaloa, bajo el mando del “Mayo”, sigue siendo el mayor proveedor de fentanilo a Estados Unidos, lo que ha convertido a esta sustancia en la principal causa de muerte entre estadounidenses de 18 a 45 años.

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Este superencausamiento busca que Zambada colabore con las autoridades y se convierta en testigo protegido, denunciando a otros narcotraficantes, políticos y funcionarios mexicanos involucrados en su red criminal.

La estrategia judicial se centra en forzar al “Mayo” a traicionar a sus aliados más cercanos para evitar la pena capital o una sentencia de cadena perpetua.

La presión no solo recae sobre él, sino también sobre Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quienes también enfrentan graves cargos en la misma Corte.

Los fiscales, encabezados por Breon Peace, aseguran que este caso contra Zambada no es uno cualquiera.

Lo acusan de ser el cerebro detrás de una organización criminal que, desde 2014 hasta la fecha, ha traficado cocaína, heroína, metanfetaminas y fentanilo, además de estar involucrado en conspiraciones de asesinato y lavado de dinero.

En total, cinco expedientes criminales pesan sobre él, con acusaciones que podrían llevarlo a un juicio decisivo.

Un aspecto clave en este proceso es la colaboración de Jesús Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”, hijo del “Mayo”, quien ya se ha convertido en testigo protegido y ha testificado en contra de su propio padre, confirmando su rol preeminente en el tráfico de drogas.

Con esta nueva acusación, Zambada enfrenta la disyuntiva de traicionar o enfrentar la justicia estadounidense en un juicio que podría marcar el final de su imperio criminal.

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