Las obras de construcción del Tramo 5 del Tren Maya siguen adelante, a pesar de las preocupaciones ambientales y las protestas de activistas.
En particular, se ha destacado la realización de perforaciones que afectan las cavernas subterráneas del sistema Aktun T’uyul, una importante fuente de agua potable en la región.
Los activistas de Sélvame del Tren han documentado el avance de las perforadoras sobre la cueva Oppenheimer, conectada con la caverna de Las Manitas en el sistema Aktun T’uyul.
Estas perforaciones tienen como objetivo colocar pilas de concreto cubiertas de acero, que servirían como soporte para la infraestructura del tren.
Sin embargo, expertos ambientales advierten sobre los posibles impactos negativos de estas acciones.
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Guillermo DChristy, consultor en calidad de agua, señala que la presencia de acero en el sistema acuífero maya podría llevar a la contaminación del agua potable de la Península de Yucatán.
A pesar de las críticas y las preocupaciones planteadas por los activistas, las obras continúan avanzando.
El Tramo 5 del Tren Maya, que se extenderá desde Playa del Carmen hasta Tulum, tiene una longitud de 67.7 km.
Se estima que más del 60% de esta vía será un viaducto elevado, diseñado para proteger el frágil ecosistema local, incluyendo suelos, cenotes, cavernas y ríos subterráneos.
La controversia en torno a las perforaciones en las cavernas subterráneas subraya los desafíos que enfrenta el proyecto del Tren Maya en términos de equilibrio entre desarrollo económico y preservación ambiental.