El fatídico 23 de marzo de 1994 quedó marcado en la historia de México con el asesinato del candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio Murrieta, en un evento de campaña en Lomas Taurinas, Tijuana, Baja California.
Colosio, nacido el 10 de febrero de 1950 en Magdalena de Kino, Sonora, había destacado como miembro prominente del PRI.
Desempeñándose en roles clave dentro del partido y en la administración pública, hasta convertirse en el abanderado del PRI para las elecciones presidenciales de 1994.
Aniversario luctuoso de Luis Donaldo Colosio Murrieta
El ataque que segó la vida de Colosio ocurrió a las 17:12 horas, tiempo del Pacífico, durante un mitin donde pronunció sus últimas palabras antes de ser alcanzado por dos disparos mortales.
Aunque las autoridades concluyeron que Mario Aburto Martínez actuó como el único perpetrador del crimen.
La investigación estuvo plagada de irregularidades desde sus inicios.
Lo que generó dudas sobre la versión oficial y alimentó especulaciones sobre posibles autores intelectuales.
Durante décadas, el caso ha sido objeto de intensos debates y análisis.
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A pesar de múltiples esfuerzos por esclarecer la verdad, incluida la reciente reapertura de la investigación por parte de la Fiscalía General de la República en 2022, el misterio sobre quién ordenó el asesinato de Colosio persiste, sumiendo a México en la incertidumbre y la búsqueda de justicia.
Incluso bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, los intentos por resolver el caso se han enfrentado a obstáculos legales y falta de avances significativos.
La defensa de Aburto logró obtener un amparo que revocó su condena, pero la impugnación de la Fiscalía mantuvo el caso estancado en los tribunales.
Además, los intentos por investigar la posibilidad de un segundo tirador han encontrado resistencia judicial, prolongando aún más la angustia y la falta de respuestas para la sociedad mexicana.
La tarde del 23 de marzo de 1994, un escenario inicialmente vibrante se convirtió en caos y tragedia cuando Colosio cayó abatido, mientras la canción “La Culebra” resonaba en el aire.
La detención de Aburto, rodeada de violencia y acusaciones de tortura, no logró disipar las sombras que han oscurecido la verdad detrás de uno de los crímenes políticos más impactantes en la historia moderna de México.