La doctora Claudia Alonso González, destacada académica de la Universidad Iberoamericana en Puebla y especialista en cuestiones de género, ha revelado una alarmante tendencia de uso de sustancias químicas inductoras de sumisión en antros y bares ubicados en la concurrida calle 14 Oriente del municipio de San Andrés Cholula.
Según lo expuesto por la doctora Alonso González, estas sustancias, entre las que se incluye la escopolamina, han sido utilizadas para inducir sedación rápida.
Además de la pérdida de memoria en potenciales víctimas, llevándolas a un estado de obediencia automática.
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Además, los afectados experimentan sequedad en la boca y una sensación de haber consumido una cantidad excesiva de bebidas alcohólicas, incluso si no lo han hecho en realidad.
Estos síntomas característicos de la sumisión química hacen que las personas sean vulnerables a delitos sexuales o robos mientras están en un estado de indefensión.
La especialista advierte especialmente a los jóvenes sobre esta preocupante problemática, enfatizando que la sumisión química puede ocurrir en lugares de diversión como bares y discotecas.
¿Los jóvenes son más susceptibles a esto?
La Dra. Alonso González resalta que los jóvenes son particularmente susceptibles debido a su mayor presencia en estos lugares y a su falta de experiencia en identificar y enfrentar situaciones de riesgo.
Un caso reciente que ha captado la atención pública es el asesinato del empresario Íñigo Arenas en la Ciudad de México, ocurrido tras su salida de un exclusivo antro en la zona de Polanco.
Las autoridades mexicanas están investigando el posible uso de sumisión química en este trágico incidente.
Sustancias más comunes usadas en antros y bares
Entre las sustancias químicas más comunes utilizadas en estos casos, se encuentran el GHB, la burundanga (también conocida como escopolamina) y las benzodiazepinas.
La administración de estas sustancias en las bebidas de las víctimas puede desencadenar no solo los síntomas previamente mencionados.
Sino también dificultades respiratorias, taquicardias, convulsiones y otros efectos adversos.
La Dra. Alonso González destaca la dificultad en la obtención de datos precisos sobre la sumisión química debido a la naturaleza misma de las sustancias involucradas, que pueden generar amnesia y desorientación en las víctimas.
En muchos casos, las personas afectadas pueden no recordar lo que sucedió, lo que dificulta la denuncia y la recopilación de información confiable.
Esta preocupante revelación de la Dra. Claudia Alonso González resalta la importancia de la concienciación y la prevención en relación con la sumisión química en entornos de entretenimiento nocturno, especialmente para los jóvenes que son el grupo más vulnerable ante esta amenaza creciente.