Concluyó la segunda etapa del proyecto de conservación del patrimonio edificado que impulsó Eduardo Rivera Pérez, Presidente Municipal de Puebla, que incluyó el mejoramiento de la imagen urbana de los barrios de El Refugio y de San Antonio, así como el Templo de este último.
“En estos 500 días estamos trabajando también por la conservación de nuestro patrimonio histórico y cultural; hemos heredado este patrimonio y es nuestra responsabilidad y obligación el cuidarlo”, sostuvo el Alcalde ante la comunidad vecinal y eclesiástica del lugar, al tiempo que agradeció el apoyo y acompañamiento del Centro INAH Puebla por ser un aliado en este proceso de rescate de los barrios.
Fue con una inversión total de casi 8.5 millones de pesos -una cuarta parte de recurso federal- que este proyecto se dio en dos etapas: en la primera, se atendieron banquetas y alrededor de 166 inmuebles de la zona; y en la segunda se realizaron acciones de limpieza, impermeabilización, aplanado y pintura en el Templo, además de otras intervenciones en fachadas de viviendas de San Antonio y El Refugio, también con trabajos de aplanado y pintura.
Acompañaron esta entrega Oswaldo Jiménez López, Diputado Local; Dolores Cervantes Moctezuma, Regidora Presidenta de la Comisión de Regularización de la Tenencia de la Tierra y Bienes Patrimoniales; Berenice Vidal Castelán, Gerente del Centro Histórico y Patrimonio Cultural; Celestino Mora Viveros, Padre del Templo de San Antonio; así como Juan Carlos Flores Vázquez, Jefe de la Policía Municipal Zona 4.
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Historia del Templo de San Antonio
El Convento de San Antonio en Puebla fue fundado por la Orden de los Dieguinos, una rama de los franciscanos, posteriormente el templo del convento arrancó su construcción en 1586 y concluyó en 1601.
Originalmente, este templo estaba consagrado a Santa Bárbara mártir de Nicomedia. Sin embargo, a partir del siglo XVIII se le conoció como de San Antonio de Padua.
La fachada del templo es de petatillo y tiene el característico estilo poblano de mezcla de ladrillo con azulejos. En su interior posee paneles con imágenes que representan a San Antonio de Padua y a San Francisco y en la cúspide la inmaculada Concepción. Dentro del atrio, hay un Vía Crucis, representativo de la arquitectura novohispana de finales del siglo XVI y principios del XVII.
Además, en el convento anexo, aún se conserva el claustro y varias dependencias, entre ellas la celda donde vivió San Felipe de Jesús, el primer santo mexicano y santo patrón de la Ciudad de México.
Parte del convento fue demolido a partir de 1949, por parte del padre Rafael Hernández Villar, quien construyó sobre las ruinas del antiguo claustro una Casa Hogar para atender a los niños desamparados de los barrios del Refugio y San Antonio. La cual sigue funcionando hasta hoy.
Este 2023, el Ayuntamiento de Puebla comenzó con los trabajos de mantenimiento al Templo de San Antonio, los cuales dieron inicio en diciembre del año pasado, como parte de la mejora de la imagen de los barrios históricos.