Adán Augusto López llevó ya al extremo su pelea con la Presidenta y ahora usa a Andrea Chávez como ariete y a Chihuahua como su tablero de juego.
Para todos es evidente que el tabasqueño ha retado a Claudia Sheinbaum desde el inicio de su administración. Primero con la designación de la titular de la CNDH, luego, el bloqueo a la ley antinepotismo y ahora, el pleito por Chihuahua.
A esto, habría que sumar la afrenta pública de la que hicieron objeto a la presidenta en la plancha del Zócalo de la CDMX, aquél 9 de marzo, cuando la plana mayor de Morena decidió dar la espalda a la primera mandataria.
A reserva de su mejor opinión, este fue el punto de inflexión para la Presidenta. Y no es para menos, ella es la Presidenta, le guste o no a los demás.
Es claro que los bloques comienzan a conformarse, Luisa María Alcalde y Alfonso Durazo ya son Team Claudia. Y aunque Luisa María no lo haga con convencimiento total, con eso basta y sobra para ejercer el control del Movimiento fundado por Andrés Manuel López Obrador.
Del otro lado, están Adán Augusto y Andrés Manuel López Beltrán, a quiénes podríamos denominar parte del Team López.
Ellos, sabiéndose parte de la familia más importante políticamente hablando de este país, decidieron no permitir ejercer el poder a Sheinbaum. Sin reconocerse como lo que son, se convirtieron en la verdadera oposición de Morena.
Mientras tanto ella, después de aquél 9 de marzo, claramente emprendió un cambio de estrategia. Dio un manotazo en la mesa, porque ella y solo ella es la Presidenta, aunque no le guste a los demás.
¿Las pruebas?
Los acuerdos con Trump.
La entrega de capos a Estados Unidos.
Birmex.
Chihuahua.
El caso de Chihuahua es el más claro y emblemático de todos y aunque implique el mayor de los berrinches de parte de Andrea Chávez y Adán Augusto López, ella es la Presidenta. Y háganle como quieran.
La senadora, sabiéndose beneficiaria del apoyo de López, o de los López, decidió que podía hacer lo que quisiera en este país, pero se le olvidó un detalle, este país tiene una Presidenta, que si quiere, puede sepultar sus aspiraciones.
Y sí, claro, hubo unos “pitufos de la aldea” que la denunciaron, pero quien envió el mensaje claro y contundente de que debía llevar a cabo el retiro de su imagen de las unidades médicas que circula por Chihuahua, de los espectaculares y de las redes, fue la Presidenta y nade más.
Tristemente, por no usar otro adverbio, Andrea Chávez y Adán Augusto López llevaron las cosas al extremo cuando sus momios eran positivos. La de Chihuahua era la candidata natural a la gubernatura, pero el ego es un mal consejero.
Como dijo Frank Underwood en House of Cards:
“Sólo un tonto prueba el agua con ambos pies”.
Y Adán Augusto ya le debe muchas a muchos, pero con la primera que tiene deudas, es con Claudia Sheinbaum.
Ahora, lo obvio y lógico es que los dos grupos comenzarán a exigir pruebas de lealtad a sus gobernadores y luego a sus legisladores. ¿Con quién se van a ir, con melón o con sandía?
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