La tarde del sábado 15 de marzo, el Zócalo capitalino se convirtió en un escenario de dolor, exigencia y caos durante la marcha y vigilia convocadas por colectivos de familiares de desaparecidos en el marco del Día de Luto Nacional por los hallazgos en Teuchitlán, Jalisco.

A las 17:00 horas, miles de personas se congregaron frente a Palacio Nacional, respondiendo al llamado del Colectivo Luz de Esperanza y otras organizaciones como Huellas de la Memoria. El motivo: visibilizar el horror descubierto en Teuchitlán, donde el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco encontró restos óseos, ropa y más de 200 pares de zapatos en un presunto campo de exterminio.

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Las velas encendidas fueron parte del momento más emotivo de la manifestación en el zócalo por Teuchitlán
Las velas encendidas fueron parte del momento más emotivo de la manifestación en el zócalo por Teuchitlán

Los asistentes colocaron 400 pares de zapatos vacíos en la plancha del Zócalo por Teuchitlán. Los acompañaron de velas encendidas, fotografías y nombres de personas desaparecidas, este fue uno de los momentos más emotivos de la jornada. “Cada zapato es un vacío que nos duele, una vida que nos arrebataron”, expresó María Elena Salazar, madre de un joven no localizado desde 2021, mientras encendía una vela con manos temblorosas.

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Encapuchados se hicieron presentes en el Zócalo durante manifestación por Teuchitlán

El ambiente, inicialmente solemne, se transformó en un clamor colectivo. “¡Justicia! ¡Justicia!”, resonó entre los presentes, muchos de los cuales sostenían carteles con rostros y fechas de desaparición. Sin embargo, la calma se quebró cerca de las 19:00 horas, cuando un grupo de encapuchados comenzó a retirar las vallas metálicas que resguardaban Palacio Nacional.

Según testigos, los jóvenes, vestidos de negro, golpearon las estructuras con palos y piedras, exigiendo acceso al recinto presidencial. “Queríamos que nos vieran, que no nos ignoraran más”, gritó uno de ellos antes de ser repelido. Presuntamente se trataba de grupos de choque enviados para desestabilizar.

La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) informó que, ante la acción, policías antimotines formaron una línea de contención. El enfrentamiento no tardó en escalar: los encapuchados lanzaron objetos contundentes contra los agentes, quienes respondieron con escudos y extintores para dispersar a la multitud.

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Videos en redes sociales demuestran la violencia que se generó

Videos difundidos en redes sociales muestran el momento en que los manifestantes golpeaban a los policías, mientras otros intentaban calmar los ánimos. “No venimos a pelear, venimos a buscar a nuestros hijos”, imploró una madre entre lágrimas, separándose del tumulto.

La SSC reportó que cinco elementos resultaron lesionados —dos mujeres y tres hombres—, atendidos en el lugar por el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), sin necesidad de traslado hospitalario. Familiares de desaparecidos, como el padre de Abraham Zeidy Hernández, se deslindaron de la violencia, pidiendo a los presentes no caer en provocaciones. “No sean espectadores, compartan las fichas, abracen a sus hijos esta noche”, exclamó, su voz quebrada resonando en la plaza.

Simultaneamente en Guadalajara hubo manifestaciones

Pasadas las 20:00 horas, tras la dispersión de los grupos violentos, la vigilia recuperó su carácter emotivo. Las velas seguían ardiendo junto a los zapatos, iluminando nombres como “Javier, 23 años, desaparecido en 2023” o “Lucía, 19 años, vista por última vez en Tlajomulco”. En Guadalajara, simultáneamente, cientos replicaron el acto en la Glorieta de las y los Desaparecidos, bajo la tenue luz de las velas.

La jornada dejó un saldo agridulce: un grito de justicia ahogado por la violencia, pero también un recordatorio imborrable de las vidas que México sigue buscando. Mientras las velas se consumían, el Zócalo quedó en silencio, testigo mudo de una herida que no cierra.

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Itandehui Rodríguez Martínez

Itandehui Rodríguez Martínez

Poblana, tutora de Monólogos de Ménade, responsable de lo que dice y hace y no de lo que le inventa. Resiliente, en constante reinvención y en una relación.