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Sergio Ramírez: tropezar dos veces con la misma piedra

Sergio Ramírez y por qué debemos tener cuidado con quién nos tomamos fotos
Sergio Ramírez y por qué debemos tener cuidado con quién nos tomamos fotos

Si Donald Trump necesitaba más argumentos para que la bukelización de México proceda, aparecieron Sergio Ramírez, Juan Pablo Penilla, el despacho RPDM Abogados y sus fotografías.

Pese a que se trató de un escándalo nacional, claramente en nuestro país la lección de Tania N, fue una que no se le grabó a la clase política.

Deberías leer: Conflictos en la Secretaría de Salud… lo que faltaba.

Las fotos de Sergio Ramírez y su socio dejan en claro que la cúpula de la clase política de Morena los conoce.

Pero hablemos del despacho de Abogados, en entrevista con la Revista Líderes Mexicanos hay una entrevista nada más y nada menos a Sergio Ramírez, esta inicia así:

RPDM Abogados es una firma especializada con más de 20 años de experiencia en la defensa de los derechos de sus clientes, ante procedimientos penales y criminales de alta complejidad. Los líderes de esta firma son los abogados Sergio Arturo Ramírez Muñoz, Juan Pablo Penilla, Juan Manuel Delgado González y Hugo Florencio Medina López. 

Por supuesto que son especialistas en la defensa de sus clientes ante procedimientos penales y criminales de alta complejidad. Y vaya que los casos de sus clientes son bastantes complejos, basta con conocer sus nombres: El Mayo Zambada o el Z40.

Claramente los criminales merecen defensores y tienen los que sus carteras pueden pagar.

Y claramente el recurso con el que le pagan a sus defensas tiene un origen cuestionable: ese dinero huele a sangre, a familias lastimadas, a vidas destruídas y a una confrontación entre México y Estados Unidos que nos deja elevados costos a todos, entre ellos, los que resultan de los aranceles que Trump intenta imponer.

Pero dejemos de lado el origen cuestionable del dinero con el que le pagan a Sergio Ramírez, Juan Pablo Penilla y a RPDM Abogados.

Y vamos a sus vínculos políticos.

Como todos sabemos, gracias a que Jorge Triana, vocero del Partido Acción Nacional lanzó un tuit solicitando que le sugirieran nombres de políticos para publicar sus fotos con Sergio Ramírez.

Al que ahora nadie conoce.

Ramírez por su parte, inició una campaña de deslindes al mero estilo del exgobernador Mario N y su famosísima “es mi voz pero no es mi voz”. Y es justamente Triana quien lo desmiente con las siguientes aseveraciones:

Afirma que no es abogado del “Mayo”, sino solo socio de sus abogados, y que es una buena persona porque en su despacho lleva muchos asuntos pro bono. Quiero creerle.

Dice que solo Sergio Mayer lo ha desconocido, pero es falso; todos sus amigos morenistas se han deslindado de él.

Asegura que no conoce a Sheinbaum, pero no le creo; ya tengo documentadas 16 fotos de él con ella.

Afirma que yo hablo mal de él, lo cual es falso. Solo he replicado lo que él mismo presume: que es abogado de narcos y criminales.

Del contrato con la Cámara de Diputados ya mejor ni hablamos.

Las relaciones son para usarse.

Más en casos tan complejos como los de los clientes de los socios de Ramírez, otorgándole el beneficio de la duda. Es claramente sabido que los abogados litigantes, además, son publirrelacionistas y que usan sus relaciones para poder allanar los procesos en los que están involucrados.

Pero bueno, en este caso no, “no pasó“, démosle el beneficio de la duda a Penilla y Ramírez.

Como en el caso de Tania N, Sergio Ramírez cometió el error de cacarear sus relaciones, contactos, amistades y nexos políticos en redes sociales. Pero los políticos de Morena también lo presumieron.

¿Cómo les ayudamos con esto?

Bien reza el dicho que “el humano es el único animal que tropieza con la misma piedra“, ¿habrán aprendido ya la lección? ¿O seguirán posando para las cámaras de las Tania N y los Sergio Ramírez?

Mientras tanto, la foto del que tropezó dos veces y con dos piedras diferentes:

Imagen de Infobae
Imagen de Infobae

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Itandehui Rodríguez Martínez

Itandehui Rodríguez Martínez

Poblana, tutora de Monólogos de Ménade, responsable de lo que dice y hace y no de lo que le inventa. Resiliente, en constante reinvención y en una relación.