Con lágrimas, aplausos y un profundo reconocimiento, México despide a Silvia Pinal, la gran diva del cine de oro mexicano, en el majestuoso Palacio de Bellas Artes.
Rodeada por las mujeres que conforman su dinastía, el legado de Pinal como actriz, empresaria, política y pionera de las artes fue enaltecido en una ceremonia que marcó su último adiós.
México despide a Silvia Pinal con un homenaje en Bellas Artes
El vestíbulo del máximo recinto cultural del país albergó el féretro de madera con los restos de la actriz.
Alrededor, sus hijas, nietas y bisnietas entrelazaron sus manos, simbolizando la unión y la continuidad de su legado.
Sylvia Pasquel, su primogénita, encabezó a la familia en este doloroso adiós, acompañada por la cantante Alejandra Guzmán, la nieta Stephanie Salas y las bisnietas Michelle Salas y Camila Valero.
“Duele mucho, no solo perder a la más grande diva de este país, sino también al más grande amor de mi vida”, expresó Pasquel entre lágrimas.
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Sus palabras reflejaron no solo la pérdida personal, sino también la admiración por una mujer que rompió esquemas en la industria del entretenimiento y en la vida pública.
Un homenaje con honores
Desde las primeras horas del día, la carroza fúnebre –un Rolls-Royce de los años 30– recorrió la avenida Eje Central ante los aplausos de cientos de ciudadanos que salieron a despedir a la diva.
La ceremonia en Bellas Artes incluyó discursos y presentaciones que recordaron las múltiples facetas de Pinal.
Claudia Curiel, secretaria de Cultura, destacó su participación en la icónica película Viridiana (1961), dirigida por Luis Buñuel, que obtuvo la Palma de Oro en Cannes.
Además, enfatizó su labor en televisión a través del programa Mujer, Casos de la Vida Real, donde Pinal abordó temas como la violencia de género, contribuyendo a visibilizar problemáticas sociales.
“Nos enseñaste a mirar a las mujeres. Tu huella es imborrable, fuiste una mujer que miró al futuro y lo conquistó”, expresó Curiel en un discurso que conmovió a los presentes.
El legado de una pionera
El Coro de Bellas Artes interpretó canciones emblemáticas en la vida de Pinal, culminando con Hello, Dolly!, pieza que marcó su incursión en los musicales y revolucionó la escena teatral en México.
Alrededor del féretro, la familia Pinal invitó a Efigenia Ramos, asistente personal de la actriz, para unirse a la última guardia de honor.
Entre las ofrendas destacaba una corona de rosas blancas enviada por el cantante Luis Miguel, en homenaje a la bisabuela de su hija Michelle Salas.
Decenas de seguidores formaron largas filas para despedir a la diva.
“La admiramos mucho, recuerdo todas sus películas, pero sobre todo su faceta como madre”, comentó una seguidora a las cámaras de televisión.
Al finalizar el homenaje, los restos de Silvia Pinal regresaron a la funeraria al sur de la Ciudad de México, completando un recorrido que será recordado como un tributo nacional a una mujer que marcó un antes y un después en la cultura y el entretenimiento de México.
Silvia Pinal no solo deja una inacabable obra artística, sino también un legado de empoderamiento y fortaleza que seguirá inspirando a generaciones futuras.