Este 29 de noviembre se conmemora el Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, un homenaje a la labor invaluable de miles de mujeres que, en todo el mundo, luchan por la justicia, la paz, la igualdad y los derechos fundamentales.

Sin embargo, su misión se enfrenta a riesgos constantes, especialmente en América Latina, donde la violencia estructural y la discriminación de género agravan las amenazas.

Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos

En Colombia, durante 2023, se verificaron 105 homicidios de personas defensoras de derechos humanos, de los cuales 14 eran mujeres, además de 763 amenazas reportadas, de las cuales 186 tuvieron como víctimas a mujeres y 26 incluyeron violencia de género.

Estas cifras, proporcionadas por la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo, evidencian la magnitud de la crisis.

La situación es particularmente crítica en regiones como Cauca, Nariño, Chocó y Antioquia, catalogadas como las más peligrosas para ejercer liderazgos sociales.

Ante este contexto, la iniciativa ProDefensoras, liderada por ONU Mujeres en alianza con la Embajada de Noruega, ha trabajado desde 2019 para salvaguardar el trabajo de más de 8 mil defensoras.

Este esfuerzo ha incluido estrategias de autoprotección, apoyo emocional y desarrollo de políticas públicas en colaboración con entidades colombianas como la Defensoría del Pueblo y el Ministerio del Interior.

Nils Martin Gunneng, embajador de Noruega en Colombia, resaltó la importancia del trabajo de las defensoras como una pieza clave para la construcción de paz en las comunidades.

Destacó cómo sus estrategias colectivas y su enfoque en la salud mental son esenciales para la sostenibilidad de su labor.

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Además, subrayó la necesidad de implementar el Plan de Acción 2024-2026 del Programa Integral de Garantías para Lideresas y Defensoras de Derechos Humanos, que busca fortalecer la respuesta institucional frente a los riesgos que enfrentan.

En palabras de Bibiana Aido, representante de ONU Mujeres en Colombia, “las defensoras enfrentan un doble riesgo: el peligro inherente a su labor y la discriminación de género”.

Aido instó a convertir las políticas existentes en acciones concretas que garanticen la seguridad de estas mujeres y el ejercicio pleno de su liderazgo.

En México, las defensoras también enfrentan una realidad alarmante.

Son madres, hermanas y compañeras que buscan justicia frente a la desaparición de sus seres queridos, exigen la aparición de activistas como Sandra Domínguez Martínez y luchan contra la criminalización, como en el caso de Kenia Hernández, encarcelada desde 2020 por defender su territorio.

Este día es una oportunidad para reconocer que el trabajo de las defensoras trasciende territorios y conecta comunidades.

Ellas protegen el medio ambiente, defienden culturas ancestrales, luchan contra el racismo, el patriarcado y el colonialismo, y reivindican los derechos de las mujeres y las niñas a vivir libres de violencia.

A pesar de los obstáculos, ser defensora de derechos humanos es un acto de resistencia y una conquista feminista que ha dado voz y autonomía a miles de mujeres.

Su protección no es solo una obligación ética, sino una condición indispensable para construir un futuro más justo y sostenible. La paz en nuestras sociedades depende de que sus vidas y liderazgos no sean un costo más de su lucha.

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