La vida de Ángel Huetle, un joven de 25 años, cambió radiacalmente en un solo día, llevándolo a una lucha por la vida y, trágicamente, a convertirse en un héroe a través de la donación de sus órganos.

Su historia no solo es un reflejo de la pérdida y el dolor, sino también de la valentía y la compasión en los momentos más difíciles.

Ángel Huetle, un héroe donador de órganos

25 de octubre, el día del accidente

La tarde del 25 de octubre, Ángel se encontraba en un día aparentemente normal. Había salido de casa para visitar a su novia y, mientras regresaba, circulaba en su motocicleta por la colonia Bella Vista, una zona conocida por su tráfico y sus intersecciones peligrosas.

Al llegar a la intersección de la 25 Oriente y la 20 Sur, la tragedia golpeó. Una camioneta de color azul, que se pasó el alto, embistió a Ángel con tal fuerza que lo proyectó varios metros contra el asfalto.

Los testigos del accidente quedaron horrorizados al ver cómo el joven yacía inmóvil en la calle. Mientras el conductor del vehículo, lejos de ayudar, se daba a la fuga, dejando una de las placas en la escena del crimen, la angustia y el temor invadieron a quienes presenciaron el evento.

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La lucha por la vida

Ángel fue rápidamente trasladado al Hospital de Traumatología y Ortopedia del IMSS, donde los médicos comenzaron a luchar por su vida. Las lesiones eran severas, y tras una evaluación exhaustiva, se determinó que necesitaría amputaciónde una pierna, con el riesgo inminente de perder la otra.

La noticia fue un golpe devastador para su familia, que se apresuró a llegar al hospital, dispuestos a apoyarlo en su batalla.

Durante los días siguientes, Ángel permaneció en estado crítico. Su familia estuvo a su lado, esperando ansiosamente un milagro. La situación se tornó más complicada, y los médicos informaron que, a pesar de todos los esfuerzos, su condición se deterioraba.

El joven luchaba valientemente, pero el 1 de noviembre, tras sufrir muerte cerebral, se confirmó lo que todos temían: Ángel había fallecido.

2 de noviembre, el día de la donación de órganos

La mañana del 2 de noviembre, en el Día de Muertos, la familia de Ángel se reunió para darle una emotiva despedida. Mientras el dolor y la tristeza llenaban sus corazones, también había un profundo sentido de orgullo por la decisión que tomaron en medio de su duelo.

A pesar de la tragedia, decidieron honrar su memoria mediante la donación de sus órganos. Su generosidad brindaría esperanza a otros que luchan por sus vidas, convirtiendo a Ángel en un héroe en su último acto de amor.

Los paramédicos se encargaron de trasladar los órganos donados, un momento que simbolizaba la luz en medio de la oscuridad, un legado que seguiría viviendo a través de otros. La familia se sintió reconfortada al saber que, a pesar de la pérdida, Ángel seguiría ayudando a aquellos que más lo necesitan.

Sin embargo, la familia Huetle no solo enfrentó el dolor de la pérdida, sino que también se encontró en medio de una lucha por justicia. Desde el día del accidente, se ha visto una falta de compromiso por parte de las autoridades para resolver el caso.

La dueña de la camioneta, identificada como María Dolores, no ha proporcionado información sobre el conductor responsable, quien permanece prófugo.

El fiscal general de Puebla, Gilberto Higuera Bernal, ha confirmado que se ha identificado al responsable del atropello, pero hasta ahora su paradero sigue siendo un misterio.

La familia de Ángel ha denunciado la negligencia en la investigación, sintiendo que el dolor por la pérdida se intensifica con la incertidumbre de no saber quién es el culpable y por qué aún no ha sido detenido.

Movilización y protestas

Ante esta situación, la familia Huetle no se ha quedado de brazos cruzados. Han realizado varias protestas y movilizaciones, incluyendo un plantón en la Fiscalía de Puebla, demandando respuestas y justicia para Ángel.

La comunidad también ha mostrado su apoyo, uniéndose a la familia en su búsqueda de justicia. Las redes sociales se han inundado de mensajes de solidaridad, creando conciencia sobre la situación y presionando a las autoridades para que actúen.

La historia de Ángel Huetle es un trágico recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la justicia.

Aunque su vida terminó de manera prematura, su legado perdura a través de la decisión de su familia de donar sus órganos, simbolizando esperanza y compasión.

Mientras su familia enfrenta este momento difícil, su determinación de buscar justicia por la tragedia sufrida resuena como un llamado a la acción, recordando a todos la necesidad de responsabilidad en las calles y la importancia de proteger la vida de cada persona.

La comunidad de Puebla espera que se haga justicia, mientras el recuerdo de Ángel Huetle se mantiene vivo, no solo como una víctima de un accidente, sino como un héroe que, incluso en su partida, ha dado vida a otros.

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