Durante su intervención en la Asamblea General de la ONU, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, lanzó una crítica contundente sobre el estado de la libertad en el mundo, afirmando que la humanidad se dirige hacia “una nueva era oscura”.
En su discurso, Bukele subrayó el aumento de la inseguridad y la erosión de los derechos civiles a nivel global, a pesar de los avances que ha experimentado su país en este ámbito.
“Estamos ante una nueva era oscura de la humanidad. Como salvadoreños, reconocemos estos síntomas de decadencia, porque hemos pasado por ellos. Vivimos las etapas de la caída de nuestra nación, y ahora observamos lo mismo a escala global”, expresó.
A pesar de reconocer que un país “pequeño” como El Salvador no puede cambiar el rumbo del mundo, se ofreció a brindar “consejos” y convertirse en “un pequeño refugio ante la tormenta que se aproxima”.
Bukele enfatizó que mientras su nación se ha vuelto “más segura”, el mundo moderno se enfrenta a un aumento del pesimismo y la violencia. “Las nuevas amenazas de guerras continúan”, advirtió, señalando que el “mundo libre ya no es libre”.
Según él, cuando una nación abandona los principios que garantizan la libertad, como la igualdad ante la ley y el respeto a la propiedad privada, es solo cuestión de tiempo antes de que pierda sus libertades.
El presidente también hizo hincapié en que la seguridad de los ciudadanos en Occidente ha sido comprometida, ilustrando cómo las ciudades se han visto afectadas por la delincuencia y el crimen organizado.
“No puedes reclamar el título de mundo libre si ni siquiera tu gente puede caminar por las calles sin miedo a ser acosada, robada o asesinada”, afirmó.
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Además, Bukele criticó la erosión de la libertad de expresión en Occidente, señalando que países que alguna vez fueron bastiones de esta libertad ahora censuran a sus ciudadanos a instancias de sus gobiernos.
“En El Salvador, no encarcelamos a nuestra oposición ni censuramos opiniones. La libertad de expresión y la propiedad privada siempre estarán protegidas”, destacó, defendiendo las políticas de su administración.
El presidente concluyó su discurso con un mensaje de esperanza, afirmando que aunque pueda ser demasiado tarde para evitar los tiempos oscuros que enfrenta el mundo, “no es demasiado tarde para construir una arca y capear la tormenta”.
“Que Dios bendiga a la humanidad”, cerró su intervención, instando a la reflexión sobre la importancia de la libertad y la seguridad en el contexto global actual.