La acción individual y colectiva de las defensoras de los derechos humanos ha sido fundamental para hacer frente a la discriminación y la desigualdad y promover los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Esta vez se hablará del Contingente Universitario BUAP tras la protesta pacifica que se hizo el pasado 8 de Marzo en Rectoría BUAP
Miles de activistas han estado a la vanguardia de los movimientos de justicia social para lograr verdaderos cambios sociales que beneficien a todos.
Desafortunadamente, en México hay personas a las que les molesta que se haga ruido y se alce la voz, tratando de intimidarlas y en diversos casos, silenciándolas para siempre.
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Un caso de intimidación sucedió en la Ciudad de Puebla, a las afuera de Ciudad Universitaria, en donde una líder del Contingente Universitario BUAP fue acosada y amenazada por un sujeto que se encontraba a unas calles de la Institución.
El pasado 8M en la explanada de Rectoría BUAP, se realizaron diversas actividades en las cuales, en una de ellas, se expuso a los agresores de las estudiantes de la institución; si bien, las denuncias fueron anónimas, los agresores conocen perfectamente a sus victimas, que incluso tuvieron el valor de quitar sus denuncias.
“Si algo me pasa, quiero hacer responsable a las personas a las que he denunciado públicamente como mis agresores y aquellos que aún los frecuentan” emitió la afectada en un comunicado.
Narración de los hechos
“Al terminar mi horario de clases, salí de la BUAP por la Puerta de la Facultad de Derecho, que se encuentra en la Avenida San Claudio, recorrí esa avenida por los cruces de las Calles Río Verde, Río Tuxpan, Río Bravo hasta integrarme al Boulevard 18 Sur” relato Alejandra vía Instagram
Tras lo ocurrido, se exige a las autoridades Académicas y Administrativas de la BUAP que protejan a todas y cada una de las alumnas que buscan hacer de sus espacios educativos lugares seguros.
“Si mañana soy yo, les pido prestada su voz para que griten por mi (…) les pido que le hagan saber a mis amigas que no fue su culpa, que ellas me cuidaron hasta donde pudieron y que nunca fue mi responsabilidad”