¿Nos les ha pasado que se ponen a ‘hilvanar ideas’ y se les desbloquean recuerdos?
Lo que estoy por contarles parece increíble, pero fue real… muy real.
Les voy a contar de una convivencia de algunos días, que me dejó una gran historia para contar y como no planeo tener hijos, mejor le cuento a Ustedes.
Corría el año de 2018, estaban muy cerca las elecciones en México y unos cubanos empezaron a buscar inversionistas en nuestro país para hacer cosas en la isla. El portafolio de inversiones era grande, había de todo, pero ese no es el punto.
El punto es que esa misión trajo a Alexi Castro Soto del Valle a Puebla, en febrero de 2018.
Y ¿advinen quién anduvo de arriba para abajo con el hijo de Fidel Castro?
¡Pues yo!
Bueno, no tanto, pero sí lo vi en varias ocasiones.
Les digo que acabo en los lugares más extraños y sin darme cuenta de cómo o por qué. Me pasa muy seguido y me quedo con grandes historias para contar.
Pues así fue, Alexi Castro estuvo en Puebla una semana antes de que su hermano mayor, Fidel Castro Díaz-Balart se suicidara.
Se llama Alexi, no Alexis, le cambian el nombre pero hace mucho dejó de molestarle.
No se parece físicamente a su padre, aunque sí es muy alto.
Durante su visita en México, nunca probó bocado.
Estuvo haciendo ayuno, así que nunca comió, solo bebía té y meditaba, mucho, mucho té y mucha meditación. Nada más.
No parecía muy de acuerdo con la llegada de Díaz Canel al poder, más bien estaba preocupado por el destino de la isla —¿o de sus negocios?— .
Dijo que hubiera preferido que ganara Hillary Clinton y no Trump, porque creía que la economía de Cuba se iba a abrir con ella, pero no sucedió.
Por supuesto, en alguno de esos días en los que el vástago del dictador cubano estuvo en Puebla, llegó la pregunta obligada:
“¿Cuba está apoyando a López Obrador?”.
Recordemos que estaban por llevarse a cabo las elecciones de 2018 y era una pregunta que no podía ni debía evitarse.
La respuesta fue tajante: ¡No!
Alexi también empezó a ‘hilvanar ideas’ y desbloquear recuerdos.
Solo voy a contarles uno de ellos.
Explicó que sí pidieron a Andrés Manuel viajar a Cuba para ofrecerle apoyo y recursos económicos para la campaña. Y aunque Ustedes no lo crean, el actual presidente no aceptó ir. Solo mandó a un emisario.
Les diría el nombre de la persona a la que envió en su lugar, pero voy a cambiar la respuesta por invitaciones a comer, me gusta demasiado el chisme para evitar la posibilidad de que me cuenten algo de regreso.
Pues un personaje, que ahora despacha en el legislativo, fue el portador del mensaje con el agradecimiento y la respuesta negativa al gobierno cubano.
Luego de 6 años me queda claro el por qué, primero, porque el dinero nunca fue problema.
No tenemos pruebas pero tampoco dudas del origen del gran y holgado presupuesto de campaña de López Obrador.
Segundo, porque no planeaba “deberle” algo a Cuba.
Ahora lo entiendo, no quería estar bajo el yugo cubano, en realidad quería que “le debieran el favor” y que los del yugo fueran otros.
A lo largo del sexenio llegaron de la isla médicos, operadores y todos los personajes que gusten y manden, pero a recibir, no a dar órdenes.
El presidente no permitió que Cuba invirtiera la balanza de poder a su favor.
Es más, hizo con Centro y Sudamérica lo que los cubanos intentaron hacer con él.
Luego de la “muerte, no muerte de Raúl Castro” y de que los veracruzanos recibieran a López Obrador gritando “¡dictador, dictador!” mi cabeza comenzó a ‘hilvanar ideas’ y desbloquear recuerdos.
Por cierto, no jodan, moría de risar ayer cuando vi lo del fulano ese, el tal Jorge Cedillo Guevara, que por ir a pelearse con los trabajadores del Poder Judicial, casi le da un botellazo a ‘Lopezcraist’, nuestro señor… presidente en la cabecita. Ese cabrón lo logró, le arrebató el domingo a Andy.
Volvamos al tema de las ideas y los recuerdos.
Pues fue muy sencillo: Dictador… Raúl Castro… Cuba… Alexi… 2018… ¡Pum! Recuerdo desbloqueado.
Alexi tuvo que reducir el tiempo de su viaje en México porque su hermano Fidel Castro Díaz-Balart se quitó la vida.
“Fidelito” padecía depresión crónica y un jueves de febrero de 2018, se cansó de vivir.
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