Durante las primeras horas del 30 de agosto de 2024, el territorio mexicano experimentó una serie de sismos de baja y moderada intensidad en diferentes estados, sin que se reporten daños mayores hasta el momento.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) informó que el primer sismo registrado ocurrió a las 00:28 horas al norte de Matías Romero, Oaxaca, con una magnitud de 3.7 y una profundidad de 94.3 kilómetros.
Minutos más tarde, un temblor de 3.5 grados se detectó 59 km al este de Tepelmeme, Oaxaca, con una profundidad de 68.1 kilómetros.
La actividad sísmica continuó con un sismo de magnitud 3.8 a las 00:46 horas al sur de Jaltipán de Morelos, Veracruz, a una profundidad significativa de 171 kilómetros.
A las 02:01 horas, un temblor de 4.0 grados sacudió la región suroeste de Los Mochis, Sinaloa, a 99 km de distancia y con una profundidad de 16.1 kilómetros.
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Los estados de Chiapas y Oaxaca fueron los más afectados durante la madrugada. En Huixtla, Chiapas, un temblor de 3.3 grados ocurrió a las 04:46 horas, seguido por otro de 3.9 grados al suroeste de Arriaga, Chiapas, a las 03:41 horas, con una profundidad de 68.3 km.
Oaxaca también registró actividad sísmica en la región de Pinotepa Nacional, con un sismo de 3.4 grados a las 05:00 horas y una profundidad de 10.2 km.
Al mismo tiempo, la región de Río Grande, Oaxaca, experimentó un temblor de 3.8 grados a las 02:10 horas.
Sismos de baja y moderada intensidad sacuden a México
Aunque los sismos no han causado daños significativos, las autoridades locales y de protección civil continúan monitoreando la situación y piden a la población mantenerse alerta y seguir las indicaciones de seguridad.
Este tipo de eventos recuerda la constante actividad sísmica en México, especialmente en las zonas cercanas a las costas del Pacífico, donde la interacción de placas tectónicas genera frecuentes movimientos telúricos.