El día de ayer inició el proceso para desaparecer el Poder Judicial tal y como lo conocemos. El tema que quiero que abordemos no es si la Reforma Judicial es buena o mala, quiero regresar a las bases y hacer una pregunta: ¿las y los diputados realmente nos representan?
Cuando una persona legisladora ocupa una curul en el Congreso Local o en el Federal, se convierte en nuestro representante, el de nuestra colonia, la que territorialmente pertenece a un distrito. Pero, ¿realmente nos representan o solo van a enarbolar sus causas personales y partidistas?
Quiero poner un ejemplo, una crítica y no un ataque, es más, no tengo ni que aclararlo porque Lupita Leal es una política madura y respetuosa, abierta a la crítica y al debate y eso en un político es algo que se agradece.
Vuelvo al ejemplo, yo soy pro aborto, estoy a favor de que se haya aprobado y lo celebré el día que sucedió, pero, mi diputada local no me preguntó si estaba a favor o en contra. No hubo reuniones o mesas de trabajo con representantes de las colonias del distrito para que decidiera emitir su voto en abstención. Votó en función de sus convicciones personales, de sus principios e intereses partidistas.
Podría haber votado en contra y el sentido de ese voto tampoco me habría representado.
Otro ejemplo, el diputado José Miguel Espinosa de los Monteros, que hasta lloró en tribuna. Desesperado intentaba disuadir a sus compañeros legisladores de votar a favor de la despenalización del aborto, pues sus dogmas se impusieron. Pero estoy segura de que en su distrito hay miles de mujeres feministas y abortistas a las que el legislador no representó con su voto.
Imperó el interés personal sobre el colectivo.
¿Por?
Se reunieron con expertos y colectivas pero, ¿también lo hicieron con la gente que los votó?
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¡Qué bueno que las personas legisladoras hagan gestiones ante gobiernos! ¡Qué bueno que hagan jornadas y que consigan cosas para los electores! Pero, ¿lo que preparan con sus equipos de asesores realmente nos representa? ¿Es lo que quiere o necesita la gente de las colonias?
Me van a decir que es imposible regresar para consultar todo y estoy de acuerdo. No necesitamos que nos pregunten qué queremos cuando se trata de presentar puntos de acuerdo para que haya más días con más conmemoraciones. Pero sí que nos pregunten si estamos de acuerdo con Reformas como la Judicial, yo no, por cierto.
Sí que nos expliquen y pregunten cuando van a pedir líneas de crédito que acabamos pagando todos.
Sí que nos expliquen cuando deciden implementar leyes como la de Amnistía en Puebla, con la que por cierto estoy a favor, pero seguramente mucha gente no. La gente solo entendió que van a sacar delincuentes de la cárcel porque están viendo La Casa de los Famosos.
Las personas legisladoras deberían convertirse en agentes de socialización territorial de los temas de interés del país, pero no.
La gran mayoría de las y los diputados se convirtieron en “levantadedos” que se activan en función de los deseos del sistema o de sus dirigencias.
En privado externan lo que en público no les conviene, muchos no están de acuerdo con lo que les intruyen, pero “hay que sacar lo que ‘X’ o ‘Y’ instruyeron” y hacerlo con la mejor cara.
La verdadera instrucción es la del ciudadano.
La verdadera orden viene del distrito que los votó.
Para ganar la elección van a besar niños y a abrazar abuelitos, pero para acordar el sentido de sus votos, ya no vuelven. Lo hacen en privado, en lo oscurito, en corto.
¿Las y los diputados realmente nos representan?
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