Eso nos aplicaron: veni, vidi, vinci… “vino, vio y venció”.
¿Quién?
Estados Unidos.
Vinieron, vieron cómo estaba el ‘tinglado’, se llevaron a Ismael ‘El Mayo’ Zambada y vencieron, porque, por si fuera poco, a nadie le avisaron del desmadrote que iban a armar.
Poco a poco conocemos más y más información con relación al caso. Solo lo que quieren que sepamos, por supuesto.
Hasta el momento el menos enterado es el Gobierno Federal, o eso es lo que quieren hacernos creer. No saber o fingir no saber, es igual de vergonzante.
La realidad es que no hubo colaboración y no hay manera de fingirla.
Dicen los que dicen que saben que Zambada contaba con una escolta militar y, evidentemente, todos los beneficios para poder ser libre en México, en su tierra, en la sierra de Sinaloa.
El abogado asegura que fue víctima de secuestro por parte del hijo mayor de ‘El Chapo’.
Podemos hacernos los locos e intentar creer que nunca hubo colaboración entre gobierno y crimen organizado o quitarnos la venda de los ojos y entender que México hace un par de décadas es un narcoestado. Situación que, obviamente, es políticamente incorrecta de aceptar.
Lo cierto es que Estados Unidos se llevó al único que realmente sabe cómo se maneja esa relación simbiótica políticamente incorrecta de aceptar. En pocas palabras, es ‘la cuchara’ de esta ‘olla’ llamada “Crimen Organizado Mexicano”.
Pues ese ‘tierno viejejillo’ al que con tanta desesperación busca el equipo de Adrián Ruvalcaba y que se extravió en San Juan del Río… que no es chiste, sino anécdota:
Priceless‼️ la @AlcCuajimalpa del ex dragón hoy lagartija @AdrianRubalcava anda pidiendo ayuda en esta red social para ayudar … al Mayo Zambada !!! Véanlo con sus propios ojos #NoDanUna pic.twitter.com/eH07c76loP
— Lourdes mendoza (@lumendoz) July 29, 2024
Bueno, pues ese ‘tierno viejejillo’ al que se llevaron a Estados Unidos, presuntamente fue entregado por los hijos de ‘El Chapo’. ¿Suena descabellado? Para mí no.
Venganza, le llaman.
Ahora, este ‘tierno viejejillo’ que se peló de su casa para ir a echarse un taco de carnitas, que tan buenos les quedan en la zona, está en Estados Unidos y se siente traicionado por sus aliados, esos de la relación simbiótica que nadie quiere reconocer.
¿Qué va a revelar?
¿Qué tanto va a decir desde el rencor que le produce la traición?
¿A cuántos funcionarios en activo va a señalar?
¿Hasta dónde va a llegar “ese dedo inquisidor”?
¿Esos señalamientos van a alcanzar a Puebla?
¿Su declaración modificará a los equipos de las autoridades entrantes?
¡Hagan ‘sumas y restas’!
Veni, vidi, vinci…