Una estudiante de la UNAM denunció haber sido drogada con ketamina en una cafetería cerca de Ciudad Universitaria.
Una estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) denunció en redes sociales haber sido drogada con ketamina veterinaria.
La joven consumió un frappé en la cafetería “La Cova”, situada cerca de Ciudad Universitaria (CU) en la Ciudad de México.
Susan, la estudiante afectada, publicó en el grupo de Facebook “Ventas CU Sin Censura” que el pasado viernes 31 de junio de 2024, fue a comprar un frappé en “La Cova”.
Ella comentó que el vendedor le ofreció el frappé a un precio más bajo de lo habitual e insistió en que se quedara a consumirlo en el local.
Susan rechazó la oferta y se llevó la bebida con prisa.
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Mientras viajaba en el Pumabús y tomaba el frappé, comenzó a sentirse mal.
Experimentó mareos, visión borrosa, pérdida de fuerza en las manos y desorientación.
A pesar de creer inicialmente que era un ataque de pánico, continuó su día.
Al llegar a sus clases, los síntomas empeoraron.
Susan detalló que la mitad de su cuerpo se adormeció, perdió la capacidad de ver y oír correctamente, y empezó a tener dificultades para respirar.
Decidió regresar a casa, pero al tomar el Pumabús de vuelta, notó que el hombre que le vendió el frappé la esperaba en la estación Copilco.
Asustada, siguió hasta la estación CU del Metro.
Susan se desmayó en el Metro durante 10 estaciones.
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Cuando recuperó la conciencia, no podía levantarse debido a la falta de fuerza en sus piernas, sufrió vómitos y migrañas.
Finalmente, familiares la recogieron y la llevaron a una clínica donde confirmaron que había ingerido ketamina de uso veterinario.
Susan aún presenta secuelas de la intoxicación.
Protección Civil de la UNAM y la Agencia de Protección Sanitaria del Gobierno de la Ciudad de México intervinieron rápidamente.
Clausuraron “La Cova” y anunciaron que tomarán acciones legales contra los responsables.
¿Qué es la ketamina?
La ketamina, utilizada como anestésico en animales y humanos, tiene fuertes efectos alucinógenos.
Distorsiona las percepciones visuales y auditivas y puede causar desconexión y pérdida de control en los usuarios. Sus efectos pueden durar hasta 24 horas.
