Amigos y familiares temen por su salud mental y su bienestar.
Britney Spears ha vuelto a causar revuelo en las redes sociales. La icónica cantante compartió un video en su cuenta de Instagram donde aparece completamente desnuda en una playa.
Esta provocativa publicación se suma a una serie de comportamientos erráticos que han encendido las alarmas entre sus seguidores y seres queridos.
Según fuentes cercanas, Britney Spears acompañó inicialmente el video con un mensaje en el que hablaba de su intención de someterse a una cirugía estética, lo que generó aún más especulación sobre su estado emocional.
Otra Ocurrencia de la Princesa del Pop: Britney Spears ¡Desnuda!
Estas publicaciones han llevado a amigos, fans y familiares a expresar su preocupación por su salud mental, su irritabilidad y los rumores sobre un posible consumo de drogas.
Mientras algunos defienden la libertad de Britney para expresarse como desee, otros están cada vez más inquietos por las señales de inestabilidad que muestra en sus redes.
¿Será esta otra fase pasajera de la princesa del pop o un grito de ayuda que no podemos ignorar?
Desde su infancia, Britney fue un objeto sexual en los medios, incluso antes de ser mayor de edad, generando críticas por la manera en que fue presentada en situaciones que sugerían contenido inapropiado.
La presión del estrellato la llevó a enfrentar problemas de adicción al alcohol y las drogas. Era constantemente retratada saliendo de antros y bares borracha.
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Aunque no confirmados, se habló de intentos de suicidio y comportamientos riesgosos, especialmente en momentos de crisis emocionales y al enfrentar la posibilidad de perder la custodia de sus hijos.
La cantante, internada ya en una clínica de rehabilitación psiquiátrica, habría intentado suicidarse colgándose con una cortina.
Durante períodos de crisis mental, Britney tomó decisiones radicales, como raparse la cabeza, lo que llamó la atención del público y los medios.
En un momento de angustia, Britney protagonizó un incidente violento contra un paparazzi, mostrando su frustración ante la invasión constante de su privacidad.
En 2007, renunció a la custodia de sus hijos debido a problemas de salud mental, recuperándola más tarde en 2015.
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