En Ajalpan, Puebla, Araceli Ramírez se alzó valientemente contra su propia hija, Itzel, y su pareja, Antonio.

Los denunció por maltrato infantil contra sus nietos, Gretta Sofía y Othoniel, cariñosamente llamado ‘Otho’.

Sin embargo, su grito de auxilio fue ignorado, y ahora, Othoniel yace sin vida, presuntamente víctima del abuso que su abuela intentó desesperadamente detener.

La denuncia de Araceli quedó estancada en los oscuros recovecos del sistema judicial.

Mientras uno de los menores pagaba con su vida las consecuencias del maltrato que sufrió durante un año.

En medio del dolor y la indignación, los familiares de los niños exigen justicia. Temen que Gretta Sofía corra la misma suerte trágica que su hermano Othoniel.

Su cuerpo fue incinerado apresuradamente, como si quisieran borrar cualquier rastro de su sufrimiento y evitar que se descubrieran las verdaderas causas de su muerte.

Araceli Ramírez denunció a su propia hija y a su pareja por maltrato infantil a sus nietos, pero su denuncia fue ignorada.

La historia de Othoniel es un testimonio desgarrador de la negligencia y la indiferencia que enfrentan los niños vulnerables en nuestra sociedad.

Othoniel creció feliz bajo el cuidado amoroso de su abuela materna y sus tíos.

Pero fue abandonado por sus padres biológicos, quienes no solo se desentendieron de su bienestar, sino que también lo maltrataron.

Ambos padres, Itzel y Javier, dejaron a los abuelos maternos y los hermanos de Itzel al cuidado de sus hijos. Su pretexto: querían concentrarse en sus carreras profesionales.
A pesar de las múltiples señales de alarma y las declaraciones desgarradoras de los niños ante el juez, la respuesta de las autoridades fue desalentadora.

Las palabras del secretario del juzgado, Heriberto Vázquez, quien justificó el sufrimiento del niño como parte de una “educación merecida”, resuenan como una condena a la impunidad que rodea este caso.

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP

La tragedia de Othoniel revela una red de complicidad que permitió que el abuso infantil persistiera, mientras la denuncia de Araceli quedaba archivada y olvidada.

Ahora, en medio del dolor y la angustia, la familia de Othoniel busca justicia y lucha por evitar que Gretta Sofía corra la misma suerte que su hermano, cuyo sufrimiento y voz fueron ignorados hasta su último aliento.

TE PUEDE INTERESAR:

Viaja a Puebla