El 22 de marzo marca una fecha crucial en el calendario mundial: el Día Mundial del Agua, una jornada dedicada a reflexionar sobre la importancia vital del recurso hídrico y a promover acciones para su preservación.
Instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, este día busca sensibilizar a la población global sobre la necesidad de cuidar nuestros recursos hídricos.
Este año, bajo el lema “Agua para la paz”, el Día Mundial del Agua 2024 adquiere una urgencia particular.
En un contexto de crecientes impactos del cambio climático y una población en constante aumento, la protección y conservación del agua se convierten en imperativos ineludibles.
Si bien se reconoce internacionalmente el acceso al agua potable como un derecho humano esencial desde 2010, la realidad dista de ser ideal.
Según datos del Coneval, en México, 9 millones 189 mil personas aún carecen de acceso al agua, representando un preocupante 7.1% de la población.
Las dinámicas regionales también son cruciales para comprender el desafío.
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La distribución desigual del recurso hídrico plantea problemas adicionales, exacerbando las disparidades en el acceso y la disponibilidad del agua.
En México, las tensiones en torno al agua son evidentes.
La proliferación de protestas y manifestaciones refleja la preocupación por el manejo del recurso, especialmente en un contexto donde empresas como Coca-Cola y las cerveceras han sido señaladas por su excesivo consumo de agua en sus procesos de producción.
Sin embargo, el desafío va más allá de señalar culpables. Se requiere un cambio cultural y estructural en la forma en que abordamos el uso del agua.
Las autoridades gubernamentales enfrentan la tarea de garantizar el acceso equitativo al agua, a través de inversiones en infraestructura y regulaciones más estrictas para las empresas concesionarias.
Por otro lado, la responsabilidad individual también es fundamental.
Desde el uso doméstico hasta las prácticas industriales, cada gota cuenta.
Es imperativo adoptar hábitos más conscientes y eficientes en el consumo y la gestión del agua.
En el Día Mundial del Agua 2024, el llamado es claro: es hora de actuar con determinación y solidaridad para proteger este recurso vital.
Solo a través de esfuerzos conjuntos, tanto a nivel gubernamental como individual, podremos asegurar un futuro sostenible y equitativo para todos.