Pues sí, Beatriz Paredes estuvo en Puebla.
El evento fue correcta y exitosamente dirigido por Héctor Rodrigo Ortíz, cuya experiencia hizo un poco más agradable lo que básicamente fue tedioso.
Citaron a algunos invitados a las 3:30 pm y el evento del momento arrancó a las 5:30 pm, porque evidentemente el tiempo de los asistentes no es importante.
Se trató de un Conversatorio al que invitaron a “panelistas” que no expusieron ideas, sólo hicieron una o varias preguntas.
El economista Silvino Vergara preguntó si las paletas de hielo causan IVA. No es broma, eso preguntó. Porque, claro, cuándo tienes la oportunidad de preguntarle algo a una mujer como Beatriz Paredes, sacas una pregunta de “la lista de cosas que nunca debes preguntar a un aspirante presidencial”. Evidentemente quiso hacerle el gracioso, pero para nadie fue gracioso.
Amalia Bonifacio, secretaria General de la CNC en Puebla, preguntó sobre la política agropecuaria y el rescate de los presupuestos para los pueblos indígenas.
Taico Alarcón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial cuestionó a Paredes sobre si incluiría a empresarios o no en su gabinete si es que se convierte en Presidenta de México.
Despues, Lucero “la Panterita” Pacheco Bautista, campeona de ‘kick boxing’ hizo un par de preguntas interesantísimas. No diré más por temor a que me partan el hocic…
Le siguió el Maestro Aurelio Leonor, quién aprovechó para saludar a Melquiades Morales y Mariano Piña Olaya, exgobernadores de Puebla presentes. Dijo que todavía tienen mucho por hacer por Puebla… ¡PLOP y recontraplop! De no ser por mentorías a nuevas generaciones, yo les pediría encarecidamente que no vayan a buscar un espacio de elección popular ¡’Pofis’! Algunos ya estamos hasta el gorro de la gerontocracia en el poder.
Por último, la ex Magistrada Consuelo Palomino, quién además es presidenta del Colectivo 50+1 en Puebla. Ella cuestionó a la tlaxcalteca sobre qué haría para erradicar la violencia en contra de las mujeres en México.
Las respuestas, todas correctas, todas muy bien armadas, con grandes argumentos, “porque Beatriz Paredes”. Es menester reconocer que se trata de una de las mejores oradoras de México y una de las políticas en activo de mayor trayectoria. Honor a quién honor merece.
De haber sido cualquiera de las dos mujeres que tuvieron la oportunidad de cuestionar a la senadora priísta, yo le habría preguntado, por ejemplo… ¿qué hizo para frenar la trata de mujeres cuándo fue gobernadora de Tlaxcala? Porque cuándo ella gobernó, por allá de los ochentas, el problema llevaba una década aproximadamente. Era un cáncer “pequeño” y que hubiera costado menos trabajo extirpar que ahora que ya alcanza casi los cincuenta años.
Decir que buscará los mecanismos para resolverlo, ahora que sea presidenta, me parece no menos que un insulto para todas las víctimas y las familias de víctimas de desapariciones forzadas en el corredor Puebla-Tlaxcala.
Porque, seamos honestas y honestos, sin ánimo de sugerir que ahora se instaure un estado de excepción como el de Nayib Bukele, pero, en aquellos días había otras “técnicas” que todavía no se castigaban.
Si yo no hubiera nacido en esa década, si hubiera tenido edad para gobernar, si hubiera sido electa por Tlaxcala, la cuna de la trata, yo sí habría echado mano de todo lo que hubiera estado a mi alcance, legal y no tanto, para desaparecer a esos malnacidos que le destrozarían la vida a tantas y tantos mexicanos.
Pero como dicen por ahí, “el hubiera” es el tiempo pendejo del verbo haber.
Volviendo al evento y hablando de los asistentes, calculo que la mediana de edad de los ahí presentes, debió ser de unos 55 años y la moda de unos 60. Seguro el más joven de los asistentes era el regidor Leobardo Soto, hijo, a quién por cierto aplaudieron tanto como a los exgobernadores.
Es evidente lo que le pasó al PRI, envejeció y a pasos agigantados en los últimos cuatro años. Al PRI le ganaron los años, se le olvidó renovarse, el PRI creyó que podía sobrevivir candidateando siempre a los mismos. Dejó de lado a los jóvenes, relegó a las nuevas generaciones y les cerró el paso. Los pocos que no estaban en el quinto piso se densencataron y abandonaron la política o, migraron hacia horizontes guindas.
La distancia con las nuevas generaciones y las nuevas tecnologías fue tan evidente, que ni siquiera se tomaron la molestia de transmitier el evento en vivo en las redes sociales de la aspirante. ¿Para qué?
Me dijeron que fue porque iban a hacer aparte un evento con jóvenes. A ese comentario, respondí que si el PRI fuera un partido que realmente representa a la sociedad mexicana actual, el conversatorio habría tenido, por lo menos, una proporción de jóvenes similar a la de los que van a votar en 2024. No habría necesidad de convocarlos por separado, ¿no creen?
O ¿excluyeron de la invitación a las y los jóvenes? ¡Ufff! Sí así fue, solo quiero decirles que a esos que se solo se reunen con personas parecidas a ellos, se les llama sectarios.
Pues sí, Beatriz Paredes estuvo en Puebla, en un evento que parecía salido de los noventas, en un salón dónde se hacían eventos de los noventas, con un formato que parecía traído de los noventas, con políticos de los noventas… Solo que, ya estamos en 2023, les aviso.
La senadora Beatriz Paredes estuvo en Puebla, es y seguirá siendo durante algún tiempo una gran actora, es una gran política y tiene mucho para dar.
Pero mientras siga permitiendo que los que la rodean, la mantengan alejada de las y los jóvenes, de la realidad de las y los jóvenes, de la manera en al que comunican las y los jóvenes, de las plataformas en las que interactúan las y los jóvenes, mientras sigan pensandon que las y los jóvenes se tienen que acercar y acudir a verla cuándo se acuerde de ellas y ellos y no al revés, tiene la misma posibilidad que yo de ocupar la silla del águila… ¡Ninguna!