La sequía que azota a México en 2024 es una de las más intensas desde 1957, según advierte Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Esta situación ha derribado la producción de azúcar, maíz, frijol y otros granos básicos, así como de frutas y hortalizas. De los 2,471 municipios del país, el 68.3% se encuentra afectado por la sequía, una cifra mayor que en años anteriores.
El impacto de la sequía se refleja en la insensibilidad del gobierno, que ha eliminado programas de seguros agrícolas, dejando desamparados a pequeños y medianos productores.
Zacatecas, Chihuahua, Guanajuato, Durango, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas son algunos de los estados más afectados, con municipios en sequía severa y extrema.
El sector agrícola enfrenta graves consecuencias.
La zafra 2022-2023 tuvo una caída significativa en la producción de azúcar, mientras que se estima una reducción en la cosecha de maíz y frijol.
Las importaciones de maíz amarillo podrían aumentar un 28% para el 2024 debido a la disminución en la producción y los problemas en la comercialización.
La falta de agua no solo afecta al sector agrícola, sino que también se extiende a la distribución urbana, como lo evidencian los bajos niveles del sistema Cutzamala, que abastece a la Ciudad de México y el Estado de México.
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Más de la mitad de los estados mexicanos enfrentan problemas de abastecimiento de agua, y la sequía afecta al 81.87% del país.
Los estados más golpeados por la sequía son Sonora, Chihuahua, Durango, San Luis Potosí, Querétaro, Guanajuato e Hidalgo.
La falta de lluvias, la deforestación, el desperdicio y la contaminación son algunos de los factores que contribuyen al desabasto de agua.
La situación demanda acciones urgentes y coordinadas tanto a nivel gubernamental como en la sociedad en general para enfrentar esta crisis climática y sus impactos devastadores en la producción agrícola, la seguridad alimentaria y el suministro de agua potable.