Quien me conoce sabe que amo los deportes, pero como buena feminista siempre voy a cuestionar el sistema en el que se encuentran y el por qué algunos deportes como el americano se piensa exclusivo de esa masculinidad en dónde el hombre es el que disfruta de todo el ritual.
Y es que como diría Cheryl Cooky, profesora de estudios estadounidenses y género femenino y Estudios de sexualidad en la Universidad Purdue:
“El fútbol como ‘último coto masculino’ cumple una función cultural tan importante en el mantenimiento de la masculinidad que no es sorprendente que la NFL no invierta en el fútbol de contacto femenino”.
Esta temporada no fue la excepción, el fenómeno de Taylor Swift en la NFL es un reflejo vívido de cómo persisten ciertos prejuicios de género en los deportes, particularmente en un ámbito tan arraigado en la masculinidad como el fútbol americano.
La crítica hacia su presencia en los partidos, desde que inició su relación con Travis Kelce, revela una incomodidad arraigada en algunos sectores que se resisten a aceptar la participación activa de las mujeres en espacios tradicionalmente dominados por hombres.
Es interesante observar cómo se levantan voces de desaprobación cuando una mujer como Taylor Swift se convierte en centro de atención durante un evento deportivo de gran magnitud como el Super Bowl.
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Estas críticas, en su mayoría infundadas y exageradas, apuntan a cuestiones superficiales como la supuesta “distracción” que representa para los espectadores o el temor de que la NFL se convierta en una especie de espectáculo de entretenimiento más que en un deporte serio.
Es interesante observar cómo se levantan voces de desaprobación cuando una mujer como Taylor Swift se convierte en centro de atención durante un evento deportivo de gran magnitud como el Super Bowl.
Estas críticas, en su mayoría infundadas y exageradas, apuntan a cuestiones superficiales como la supuesta “distracción” que representa para los espectadores o el temor de que la NFL se convierta en una especie de espectáculo de entretenimiento más que en un deporte serio.
Sin embargo, debemos cuestionarnos: ¿por qué la presencia de Taylor Swift genera tanto revuelo y malestar? ¿Acaso no es válida su participación y su derecho a disfrutar de un evento deportivo para ver a su pareja? La respuesta a estas preguntas nos lleva directamente a reflexionar sobre la persistencia de actitudes sexistas y excluyentes en el mundo del deporte.
Muchos de los espectadores reclaman que se le da mucha atención a Taylor cuando la realidad es que ha estado menos de 5 minutos en la pantalla durante toda la temporada en la que ha ido a apoyar a su novio, así que como versaria una de sus canciones You Need to Calm Down” (Debes tranquilizarte)
Por lo pronto yo espero que ganen los Jefes de Taylor Swift, no solo por el deporte sino por la cantidad de hombres que harán rabietas porque la cantante estará en los titulares. Así que si usted es como yo, destape unas cervezas y disfrute este domingo del partido.
Nos leemos en la próxima columna…