Noviembre, marcó el cierre inesperado de Omegle, el sitio web que durante 14 años sirvió como un punto de encuentro único para conversaciones aleatorias entre desconocidos.
Creado por Leif K-Brooks, un francoamericano, el 25 de marzo de 2009, Omegle era un sitio web gratuito que permitía a los usuarios participar en chats y videollamadas en línea sin la necesidad de registrarse.
Al no requerir un registro de parte de sus usuarios menores de 18 años, podían hacer uso del servicio sin restricciones.
La interacción era completamente aleatoria, similar al concepto del sitio chatroulette. En el inicio de 2023, según datos de Semrush, la web recibía más de 70 millones de visitas, destacando su popularidad global.
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Leif K-Brooks, fundador de Omegle, confirmó el cierre de la red social con una emotiva carta de despedida explicando las razones detrás de esta decisión.
Para él, el desgaste psicológico y financiero se volvió insostenible. Brooks destacó cómo, a lo largo de los años, la plataforma enfrentó una creciente oleada de ataques y mal uso por parte de los usuarios.
“En los últimos años, las personas se han vuelto más rápidas para atacar y más lentas para reconocer la humanidad compartida con los demás. Un aspecto de esto ha sido un aluvión constante de ataques a los servicios de comunicación, incluido Omegle. Por mucho que deseara que las circunstancias fueran diferentes, el estrés y los gastos de esta lucha son simplemente demasiado. Operar Omegle ya no es sostenible, ni financiera ni psicológicamente. Francamente, no quiero tener un ataque al corazón a los 30 años”, expresó Brooks en su carta de despedida.
¿Por qué cerró Omegle después de 14 años?
La razón detrás del cierre de esta red social radica en el mal uso que algunas personas hicieron de la plataforma. A lo largo de los años, la plataforma se utilizó tanto para propósitos positivos, como conocer nuevas culturas, buscar consejos y aliviar la soledad, como para actividades perjudiciales. Brooks lamentó que, a pesar de los esfuerzos, estas herramientas pueden ser utilizadas tanto para el bien como el mal.
“La gente ha utilizado Omegle para explorar culturas extranjeras, obtener asesoramiento sobre su vida de terceros imparciales y ayudar a aliviar los sentimientos de soledad y aislamiento”, dijo Brooks.
A pesar de esto, reconoció que algunas personas se beneficiaron de la dinámica de interacción para llevar a cabo crímenes inenarrables.
Las investigaciones contra Brooks
Omegle está vinculado a más de 50 investigaciones relacionadas con casos de pedofilia y abuso sexual infantil. En febrero de este año, una demanda anónima, dada a conocer por la BBC, tomó relevancia al narrar los presuntos abusos sufridos por una joven a través de la plataforma. La víctima presentó una denuncia formal, alegando que el servicio la conectó con un abusador mediante su sistema de interacción aleatoria.
“Desafortunadamente, lo correcto no siempre prevalece. Por mucho que desearía que las circunstancias fueran diferentes, el estrés y los gastos de esta lucha (junto con el estrés y los gastos existentes de operar Omegle y luchar contra su mal uso) son simplemente demasiado”, lamentó Leif K-Brooks.
¿Se resuelve el problema con el cierre de Omegle?
Para Brooks, el cierre de Omegle dista de ser una solución real para los problemas de seguridad que afectan al ecosistema de internet:
“Prácticamente todos los servicios de comunicación en línea han sido objeto de los mismos tipos de ataques que Omegle. Si bien algunos pertenecen a empresas mucho más grandes con recursos mayores, todos tienen su punto de quiebre en alguna parte. Me preocupa que, a menos que la marea cambie pronto, el internet del que me enamoré pueda dejar de existir y, en su lugar, tengamos una versión mejorada de la televisión, centrada en el consumo pasivo, con menos oportunidad de participación activa y conexión humana genuina”, reflexionó.
Organismos reguladores en todo el mundo están implementando iniciativas para garantizar la seguridad en línea, especialmente de los menores de edad. El Senado de Estados Unidos propuso la Ley de Protección de Niños en Redes Sociales, la cual, de ser aprobada, prohibiría que cualquier persona de 12 años o menos pudiera crear una cuenta en plataformas de interacción social.
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