Vaya debate que se abrió la semana pasada cuando el Senado de la República presentó una iniciativa para que deportistas profesionales tengan un salario base igualitario y otros derechos laborales. No somos Messi, ni tampoco tontas
Iniciativa de reforma a la Ley Federal de Trabajo con perspectiva de género.
Pero cómo ya sabemos el fútbol siempre se ha considerado un deporte exclusivo de hombres, en donde las mujeres para pertenecer debemos de demostrar que tenemos la capacidad de dominar un balón o de entender el juego.
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Jamás seremos Messi y eso lo tenemos claro, es más entendemos perfecto que sea el jugador que más dinero gane por minuto de juego, y también que hay una mercadotecnia enorme en el fútbol varonil, sin embargo usar ese discurso paternalista de que “nos están dando oportunidad” de demostrar que somos buenas, ya está muy lejos de la realidad.
El fútbol femenil tiene 6 años desde que se empezó a jugar de manera profesional, para ese entonces las desigualdades eran muy notables, ya que las jugadoras ganaban $1500 pesos y se les exigía no pensar en embarazarse, cosa demasiado primitiva para cualquier empleo.
La justificación en esa época era que nos estaban dando la oportunidad de demostrar que éramos un producto rentable, que habría patrocinadores queriendo apostar por el futbol femenil, y bueno, pongamos que se la compramos en ese entonces, pero con 6 años de experiencia y mucho pie por parte de los dueños de los equipos, las mujeres en el fútbol se han convertido en verdaderas atletas profesionales y de alto rendimiento.
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Así que, para todos los que dicen que el Senado nos dio un tiro en el pie y que es descabellada la idea de ganar LO JUSTO, porque aunque no lo crean señores, entendemos de fútbol y del negocio que implica, no pretendemos ganar 54 millones USD como lo hace Messi, pero si lo que nos permita desarrollarnos de manera profesional, que alcance para suplementos, comida especial, zapatos deportivos, etc.
Para que nos quede claro, no se propone que las deportistas mujeres que actualmente están en torneos como la Liga MX Femenil ganen lo mismo que los hombres de equipos varoniles, lo que se plantea es que haya un salario base igualitario no solo en el fútbol, sino en otros deportes.
Y cuando decimos salario base, se nos ha olvidado que muchas de las futbolistas no cuentan tampoco con Seguridad Social y las prestaciones de ley mínimas para saber que la actividad en la que están trabajando y rindiendo frutos les será suficiente para tener UNA VIDA DIGNA.
Así que mientras el balón rueda, y el fútbol femenil empieza a tener mejores frutos, esperemos que este partido sea ganado por una mejor calidad de vida en las jugadoras y un mejor espectáculo para nosotros los amantes del fútbol.
Nos leemos en la siguiente columna, esperando que la cancha se vuelva más pareja.