Posted inEl Cuarto Propio

Perderlo todo

Perderlo todo
Perderlo todo

Y sin embargo cuando escribo esto me pregunto: quiénes perdemos todo ¿somos iguales? ¿podemos vernos como iguales? o hasta en este momento, en el que se ha perdido todo ¿nos atraviesa el privilegio? 

Jamás he pensado que un privilegio te haga peor o mejor persona, pero sí lo que decides hacer en ese privilegio. No digo que para ser mejor persona debas renunciar a ellos, pero sí voltear a ver hasta dónde bajo esos privilegios nos hemos escudado en ejercer juicios y violencias hacia otras personas. 

Guerrero lo perdió todo, entre eso Acapulco. El Acapulco de privilegios y ricos, pero que convive con el Acapulco marginado, con las comunidades que no salen en la televisión y que siempre han estado perdiendo en manos de la avaricia y el capitalismo voraz que los ha dejado rezagados. 

Así que me pregunto ¿si perderlo todo, pero poder dejar tu departamento lujoso para vivir un tiempo lejos de Acapulco en lo que se levanta, será igual a perder todo y tener que seguir viviendo en ese lugar porque los recursos no te dan para abandonar nada en lo que se reconstruye? Todo esto mientras esperas que algún medio de comunicación le dé difusión a ese lugar con la esperanza de que la ayuda no tarde en llegar. 

Perderlo todo también significa confiar en que no haya un gobierno lleno de deficiencias que retrase la recuperación de lo perdido; que la política oportunista no se aproveche de la desgracia y sobre todo que la gente no pierda esa capacidad de seguir siendo humano. 

Después de Otis, las noticias también han plagado de juicios hacia las personas que han “saqueado” tiendas como Walmart, Costco; olvidándonos por completo que las personas que han perdido todo se encuentran en una desesperación total.

No importa que nosotros creamos que solo está bien si toman agua y comida, pero si toman lavadoras, bicicletas, se merecen lo que les pasó… No justifico nada, pero el privilegio de no haber perdido nada, nos ha nublado la empatía hacia aquel que se enfrenta a no saber cuándo vas a recuperar un poco de lo que perdiste. 

No quiero decir que te imagines, porque uno no necesita imaginar nada para llegar a eso que llama empatía. No se necesita ponerse en un papel que no nos atraviesa y que bajo nuestro imaginario sería distinto. Además de que los seres humanos vivimos atravesados por algo que Rita Segato les llama “pedagogías de la crueldad”. 

Hemos aprendido que la repetición de la violencia produce un efecto de normalización de un paisaje de la crueldad y, con esto, promueve en la gente los bajos umbrales de empatía indispensables para el capitalismo depredador.

La crueldad habitual es directamente proporcional a formas de goce narcisista y consumista, y al aislamiento de los ciudadanos mediante su desensibilización al sufrimiento de los otros.

Por eso quienes han perdido todo no están en igualdad de circunstancias, habrá quienes salgan pronto, recuperen cosas y lleguen a una estabilidad en poco tiempo; otros que seguirán sumergidos en una estructura que los seguirá marginando. 

Toca hoy reflexionar de las pérdidas, de quiénes son las voces y cómo debemos escucharlas y comprenderlas, de las historias y de sus vivencias, toca entender que, aunque todos perdemos, nunca perdemos igual. 

Sin dudarlo Guerrero nos necesita, más humanos, más comprensivos, más empáticos, más exigentes y vigilantes con los voraces depredadores que en estos momentos aparecerán, porque la raíz de estas violencias que vendrán con las pérdidas es más profunda y más densa como el mismo sistema que nos ha comido durante signos.   

Otros mundos serán posibles cuando desmontemos las estructuras de poder que nos violentan y atraviesan, por lo pronto me despido con la esperanza de que quienes lo han perdido todo, pero en verdad todo, consigan encontrar luz en el menor tiempo posible. 

Nos leemos la siguiente semana.