Estudiantes y docentes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) han intensificado sus manifestaciones en rechazo a la denominada “Reforma Antidemocrática” que se ha discutido y aprobado en la institución.
Las protestas, que han congregado a cientos de personas en el campus universitario, exigen la revisión y modificación de las medidas que consideran perjudiciales para la comunidad estudiantil.
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La reforma en cuestión, fue sometida a votación en el Consejo Universitario y posteriormente en el Congreso.
Ha suscitado una oleada de descontento entre los estudiantes y algunos miembros del claustro académico.
Manifestaciones por falta de presencia de alumnos
Uno de los principales puntos de discordia es la supuesta falta de consulta a la comunidad universitaria antes de la aprobación de la reforma.
Los manifestantes sostienen que decisiones trascendentales están siendo tomadas sin considerar la opinión y perspectivas de quienes conforman la universidad.
Entre las medidas controversiales contenidas en la reforma se encuentra la facultad otorgada a la rectora para emitir normas sin necesidad de consulta previa al consejo universitario.
Además, se argumenta que la reforma permitiría la reestructuración de la organización académica y administrativa sin un proceso transparente y participativo.
La rectora de la BUAP, por su parte, ha defendido la reforma afirmando que más de 50 mil estudiantes participaron en una consulta previa.
No obstante, el Frente Amplio en Defensa de la Educación de la BUAP realizó una encuesta en Ciudad Universitaria que reveló la existencia de alumnos que desconocían la participación en la consulta.
Algunos estudiantes argumentan que, aunque tuvieron conocimiento de la consulta, optaron por no participar debido a la falta de interés o información insuficiente.
Esta divergencia de opiniones en torno a la consulta ha profundizado la polarización en el campus.
En el marco de las protestas, los estudiantes han destacado su rechazo a la naturaleza de la reforma, la cual califican como regresiva y con una marcada tendencia neoliberal.
Sostienen que estas medidas podrían conducir a una privatización progresiva de la educación, un aspecto que consideran fundamental y un derecho para la sociedad en general.
Un estudiante manifestante expresó: “Esta reforma supuestamente promueve la equidad de género y la inclusión, pero en la práctica parece encubrir procesos que van en contra de esos principios. ¿Cómo puede llamarse incluyente una universidad que limita el acceso a la mayoría de la población y exige credenciales o códigos QR para ingresar a espacios públicos? “
Las protestas continúan en el campus universitario, y se espera que los manifestantes mantengan su presión para lograr la revisión y modificación de la reforma.
Así como para asegurar la participación genuina y transparente de la comunidad estudiantil en los procesos de toma de decisiones de la institución.
La situación en la BUAP sigue evolucionando mientras las voces críticas buscan generar un cambio significativo en el rumbo de la educación superior.
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