No soy ‘Xochitlover’, pero la señora se está convirtiendo en un caso de estudio. Es curioso cómo la senadora nacida en Hidalgo, representa esperanza para mucha gente y es motivo de coraje para otros.
Podemos dar cuenta de ello en las redes sociales.
El día de ayer realizamos un par de transmisiones en vivo en ApartadoMex con motivo de su visita. Obvio, estos números son producto de nuestro trabajo en redes sociales y sobretodo en Tiktok, pero también, de la persona que aparecía en las pantallas, porque la señora sí está atrayendo a las y los mexicanos.
En el evento de movilidad organizado por la diputada local Lupita Leal, tuvimos en 34 minutos 7,094 espectadores.
Posteriormente se hizo el mismo ejercicio en el Country, tuvimos más de 7,700 visualizaciones.
Muchos atacando y hablando de su físico y de las gelatinas, o sea, sin argumentos.
Muchos apoyando también. Eso no pasa con cualquiera de los aspirantes a encabezar el Frente Amplio por México.
En realidad cuándo aparecen en pantalla, comienzan comentarios como “cuiden sus carteras”, “son más de lo mismo”, “el/ella acabó con el país y quiere regresar a robar” y un largo, largo etcétera de comentarios similares.
En cambio, los “comentarios” contra Xóchitl Gálvez son: “gelatinera”, “vende gelatinas”, “que pase la receta de las gelatinas” y hasta “indígena”. No veo dónde esté el insulto en llamar a alguien indígena, en realidad la mayor parte de los que vivimos en este país tenemos algo de indígenas y debería ser motivo de orgullo.
Yo, por ejemplo, claro que tengo raíces indígenas y un nombre prehispánico que amo y por el que le agradezco profundamente a mi madre a mi padre. Para los que se lo pregunten, Itandehui significa “Flor del Cielo”, en mixteco. Hasta ahí la cápsula cultural.
Volviendo a Xóchitl, no es por todos amada, tampoco es por todos odiada. No, no soy ‘Xochitlover’ pero, sin duda, el suyo, es un caso de estudio.
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