La participación de científicos de la FCFM se centra en el desarrollo de un material liberador de fármacos de tamaño nanométrico para crear una vacuna contra dengue.
A pesar de infectar a poco más de 3.1 millones de personas en el continente americano en 2019 -de estos, 28 mil casos graves y mil 534 muertes, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud-, no existe aún una vacuna contra dengue. Esta enfermedad ocasiona fiebre, dolor de articulaciones y malestar general. El peligro aumenta si se presenta el tipo hemorrágico, con sangrados internos y externos que pueden llevar a la muerte.
Aunque existen vacunas candidatas, algunas ya aprobadas para su uso en humanos, aún no se cuenta con una que salvaguarde a la población general en riesgo. Además, que esté disponible a bajo costo y sea de fácil administración.
Ante el aumento en el número de casos, la circulación de serotipos del virus y la expansión de áreas epidémicas, investigadores de la BUAP participan en el desarrollo de una vacuna de amplio espectro. Esta sería capaz de inducir una respuesta celular y humoral duradera, tratando de imitar la infección natural por el virus.
Claudia Mendoza Barrera, académica de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM), indicó que se trata de una investigación multidisciplinaria. Está financiada por el Conacyt e iniciada en 2014. En ésta, participan físicos, químicos, toxicólogos, nanotecnólogos y genetistas de la Red de Colaboración Nanotox, de la BUAP. Además hay especialistas del Cinvestav-Zacatenco, la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco (UAM-A) y la Universidad Veracruzana-Región Veracruz (UV).
¿Cómo van los avances de la vacuna contra dengue?
Como resultado, los investigadores diseñaron una cápsula polimérica nanoestructurada que contiene la proteína E, principal inmunógeno del virus. Esto desencadena una respuesta inmune por parte del huésped: el sistema inmune responde a esa presencia generando sus propios anticuerpos.
Estos nanoacarreadores son inofensivos para el cuerpo humano, ya que están hechos de biopolímeros similares a algunos de los presentes en el organismo humano.