Silvio Berlusconi falleció a la edad de 86 años en Milán, Italia, víctima de leuciemia.
Tres veces primer ministro de Italia y magnate vivió una vida llena de escándalos. Falleció este lunes a los 86 años a causa de una leucemia.
Apodado “el inmortal” por su longevidad en política, el senador y empresario ingresó el viernes pasado en un hospital de Milán, su ciudad natal.
Según los medios de comunicación italianos, había dejado de responder a su tratamiento contra el cáncer.
Pocos minutos después del anuncio de su muerte, decenas de personas se congregaron frente al hospital San Raffaele. Entonces comenzaron a llegar reacciones del mundo político y deportivo.
En un video, la jefa del gobierno italiano, Giorgia Meloni, elogió el “coraje” y “determinación” de su aliado. Lo consideró como “uno de los hombres más influyentes de la historia de Italia”.
El AC Milan vivió una de sus épocas más gloriosas cuando el antiguo primer ministro italiano era su presidente (1986-2017). El equipo dio a conocer que se encuentra “profundamente afligido” por la muerte de su “inolvidable” expresidente.
Entre los hombres más ricos de Italia, 2011 alcanzó el lugar 118 de la lista de personas más adineradas del mundo. Berlusconi destacó como comunicador y un anticomunista convencido, amado y odiado con la misma intensidad.
El empresario audaz e innovador que inventó un peculiar e imitado formato de televisión comercial en la década de 1980, pasó sus últimos años de vida saliendo y entrando del hospital.
El político ganó tres elecciones y lideró uno de los gobiernos más largos de la posguerra. Padecía una leucemia crónica, según revelaron sus médicos el 6 abril tras hospitalizarlo por problemas respiratorios.
Su aura se mantuvo intacta durante décadas gracias a su personalidad expansiva y su vida disipada. Est lo llevó muchas veces al banquillo de los acusados por corrupción, compra de testigos y fraude fiscal.
Orgías “bunga bunga”
Conocido por sus orgías ‘bunga bunga’ y sus chistes vulgares, incluso en reuniones internacionales, como cuando comentó el físico de la entonces canciller alemana Angela Merkel, Berlusconi fue todo un personaje en el extranjero además de un emblema de una Italia en rápido crecimiento.
Fue primer ministro durante nueve años en total, entre 1994 y 2011 y consolidó su inmensa riqueza en la década de los 80 y 90.
Con el paso de los años, el ‘Caimán’, uno de sus numerosos apodos, se sometió a numerosas cirugías en el rostro para rejuvenecerse. Usaba maquillaje para cubrir las arrugas y solía estar acompañado por una novia notablemente más joven.
Paralelamente a su historia personal, el partido que fundó, Forza Italia, fue registrando un lento descenso. Pasó del 29.43% de los votos en las elecciones legislativas del 2001 a un 8% en 2022.
En el ámbito judicial, el magnate estuvo años enredado en las demandas presentadas por sus controvertidos festines eróticos durante su mandato de primer ministro. Se le acusó de inmiscuir a una menor de edad de origen marroquí, en ellos. “Ruby robacorazones”, a la cual solía presentar como la sobrina del presidente egipcio Hosni Mubarak.
Por ese escándalo, conocido también como “Rubygate”, que suscitó gran interés fuera y dentro de Italia, fue sometido a tres juicios.
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Si bien fue absuelto por el delito de prostitución de menor, fue procesado por sobornar a los testigos de ese caso. La mayoría modelos y prostitutas, juicios que perjudicaron su imagen.
Poder, dinero y sexo
Nacido el 29 de septiembre de 1936, hijo de un empleado de banco, animador de cruceros en su juventud y graduado en derecho, el origen de su enorme fortuna ha desatado todo tipo de especulaciones y sigue siendo incierto.
Incluso se habló de la posibilidad de que proviniera de préstamos hechos por la mafia siciliana.
Con sus canales privados de televisión, salpicados de programas con bellas mujeres casi desnudas, conquistó al gran público.
También amasó millones con el sector inmobiliario y financiero hasta llegar a la política, seduciendo a la vez telespectadores y votos, aunque no logró cumplir su mayor sueño: el de llegar a ser presidente de la República.
Con el holding Fininvest, que contaba con tres canales de televisión, varios periódicos además de la editorial Mondadori, acumuló más poder y su imperio se extendió a nivel internacional.
Fue el precursor de un estilo de político millonario que ha sido repetido a nivel mundial, que ignora y pasa por alto principios éticos y morales.
El magnate jamás renunció a sus negocios y empresas, generando un debate sobre conflicto de intereses, pero en noviembre de 2011 tuvo que ceder las riendas de una Italia sumida en una grave crisis financiera.
Condecorado como “Caballero del Trabajo” (‘Cavaliere del Lavoro’) a los 41 años, perdió el título tras la condena definitiva en 2013 a cuatro años de cárcel por fraude fiscal en su empresa Mediaset y por ello expulsado del Senado después de veinte años de presencia continua en el parlamento.
Padre de cinco hijos de dos matrimonios y varias veces abuelo, Silvio Berlusconi no deja herederos políticos, pero sí muchos económicos, tras el reparto de su inmenso patrimonio.