“Oh, mira, esa persona tiene su nombre en muchas bardas de toda la ciudad. Por eso le daré mi voto.”
— Dijo nadie, nunca, jamás, ni el que pinta la barda.
Nuestra realidad actual, es que, no importa a que parte de la ciudad vayamos, ahí encontraremos una barda pintada con propaganda de alguien que quiere una candidatura a algún puesto de elecciones popular. Y unos metros más adelante, encontramos otra. Y así sucesivamente.
Es claro que esas personas que buscan esa candidatura para algún puesto de elección popular están en una franca estrategia de posicionamiento de nombre, pero, más allá de la fragante violación a la ley electoral, la contaminación visual que generan es impresionante.
Han secuestrado la estética de nuestros entornos en aras de publicitarse. Y, según un estudio del Tecnológico de Monterrey del 2021, esta contaminación visual puede llevar a problemas de salud tanto mental como física, más el obvio riesgo de distracción que representa para quienes van conduciendo un vehículo.
A esas personas que saturan nuestros espacios con bardas pintadas con su nombre, les digo la realidad: su estrategia no es buena. Pues si bien, su nombre se está posiciones, la correlación que se hace tiende a ser negativa.
Como mucha gente sabe, parte de mi modus vivendi es ser asesor. Y con gusto, en este espacio, les regalo una asesoría a los y las aspirantes. ¿Quieres hacer una campaña positiva y efectiva mediante bardas? Deja de poner tu nombre en grande y de anunciar libros, revistas, asociaciones y demás inventos. Puedes implementar bardas de Acción Poética, esa campaña que promueve la literatura. Una barda de fondo blanco con letras negras que plasman alguna frase literaria. Abajo, en la esquina derecha, muy chico, pones tu nombre. El impacto social que se tendrá será grandioso, y el posicionamiento positivo, será increíble para ti. ¡De nada!
Rescoldos.
A esas personas que aspiran a puestos de elección popular, en verdad, pensar más en la ciudadanía y en la ciudad, y menos en ustedes y sus aspiraciones, les caería muy bien. Menos “ego” y más “hago”.
Rafael Reyes Ruiz
@RafaActivista